"Sería imprudente creer que [en el lado ruso] no hay unidades dignas o tropas motivadas. [Los soldados rusos] son duros, muy peligrosos, buenos en artillería y guerra electrónica", afirmó Alan al diario The Guardian.
El mercenario puso como ejemplo que la artillería rusa en Artiómovsk (llamada por Ucrania como Bajmut) "no paraba y era precisa".
Asimismo, señaló que la mayoría de los mercenarios que conoció en Ucrania ya se habían marchado o incluso algunos habían muerto.
Según apunta el periódico, el mercenario tiene 58 años. Comenzó a combatir como tal en Yugoslavia en la década de 1990, cuando tenía unos 30 años, luego se estableció en Croacia, conde trabajó como contratista militar privado en Irak y Afganistán. Con el inicio de la operación militar especial rusa, el británico se unió al batallón Lobos de Da Vinci, comandado por Dmitro Kotsiubailo, quien murió en marzo de 2023 cerca de la ciudad de Artiómovsk. Durante varios meses, Alan participó en batallas en la misma zona.
Desde el Ministerio de Defensa ruso afirmaron que Kiev había intensificado el reclutamiento de mercenarios en Asia, América Latina y Oriente Medio entre la interrupción de los planes de movilización y para ocultar las grandes pérdidas de las FFAA ucranianas. Desde el organismo castrense expresaron que Kiev utiliza a los combatientes extranjeros como "carne de cañón".
Los militares rusos han detectado la presencia de mercenarios extranjeros durante la llamada contraofensiva ucraniana, ampliamente anunciada por Kiev y Occidente desde hace tiempo. Sin embargo, hasta el comienzo de la cumbre de la OTAN en Vilna Ucrania aún no ha alcanzado ninguno de sus objetivos, sufrió numerosas pérdidas de personal y de material suministrado por Occidente.
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