Escucha el programa en: http://www.elvorticeradio.com/2016/03/14/el-vortice-crack-del-29-asi-quebraron-el-mundo/#.VubSRx-37GU
El domingo 13 de marzo de 2016 tuve el honor y la suerte de colaborar con El Vortice, aquí dejo un breve resumen y los documentos de los que estuvimos hablando.
En la conferencia Bilderberg de 2002 Frank Raines dijo: “El capitalismo sin quiebra es como el cristianismo sin infierno.”
El comienzo:
A partir de septiembre de 1929, los “locos años veinte” se detuvieron agonizando, cuando los precios de las acciones de Wall Street se desplomaron. El 24 de octubre de dicho año, fue llamado el Jueves Negro, un frenesí de ventas provocó más de nueve mil millones de dólares en pérdidas, 13 millones de títulos fueron puestos a la venta a bajo precio y no encontraron comprador. Al día siguiente varios grandes banqueros de Wal Street se reunieron para encontrar una solución. En la reunión estaba Thomas W. Lamont, como representante de JPMorgan Chase, Albert Wiggin, representando al Chase National Bank y Charles E. Mitchell que era presidente del National Citi Bank. Ellos escogieron a Richard Whitney, que era vicepresidente de la bolsa de Nueva York, para que actuara en su nombre. Whitney colocó una oferta para comprar un gran bloque de acciones de la US. Steel a un precio muy por encima del mercado, la US. Steel hoy en día es la decimoquinta mayor productora de acero del mundo. Después Whitney compró un número similar de acciones de otro Blue chip. El término Blue chip se usa en economía bursátil para referirse a empresas establecidas que tengan ingresos estables, valores sin grandes fluctuaciones y que no precisen de grandes ampliaciones de su pasivo, resumiendo los blue chips son empresas estables con un alto nivel de liquidez.
La táctica empleada por Whitney, no era nueva, fue usada ya en 1907, deteniendo con éxito el descenso de un día. Sin embargo en esta ocasión la tregua fue temporal, El lunes y el martes siguientes, la bolsa siguió cayendo en picado a pesar de que los gigantes financieros como por ejemplo William C. Durant y los Rockefeller se unieron para comprar grandes cantidades de acciones con el fin de demostrar al público su confianza en el mercado. En 3 días 100.000 estadounidenses habían perdido el trabajo.
Prisión de Sing Sing donde se encerró a Richard Whitney
La caída de la bolsa en 1929 llevó a la Gran Depresión, la recesión económica más larga en la historia de Estados Unidos. En 1932 una cuarta parte de los estadounidenses estaba en situación de desempleo.
La crisis financiera cerró miles de bancos en todo el país. Los depositantes entraron en pánico y las “corridas bancarias” se convirtieron en algo común en las principales calles de América. El presidente Herbert Hoover pidió a los bancos que hicieran cumplir sus normas internas, con el fin de fortalecer el sector financiero y reforzar los mercados caídos. Pero los rumores crecientes de que “las incursiones de oso” estaban minando sus esfuerzos, Hoover pidió a los senadores que investigaran las prácticas del mercado de valores. Se denomina “incursión de oso” a la estrategia de mercado de valores que intenta forzar el precio de un stock a la baja, se suele hacer mediante la difusión de rumores negativos acerca de la empresa objetivo. Esto se considera normalmente una forma de fraude de valores.
Investigación:
El 2 de marzo de 1932, los senadores aprobaron la Resolución 84, que autorizaba a la Comisión de Banca y Moneda a investigar las prácticas en los referente a acciones y valores “la compra-venta, el endeudamiento y los préstamos”. La comisión sin embargo, no avanzo mucho durante sus primeros 11 meses. Los ejecutivos bancarios se negaron en repetidas ocasiones a obedecer los requerimientos de la comisión, que pedía los registros bancarios y documentos internos. Los testigos a su vez evadían con facilidad las preguntas formuladas por el abogado.
A principios del 33, el presidente de la Comisión Peter Norbeck contrató un nuevo abogado, el ex fiscal del distrito de Nueva York Ferdinand Pecora. Duncan Fletcher sucedió a Norberck en la presidencia de la comisión y propuso la Resolución 56, ampliando así el alcance de la investigación incluyendo las prácticas de la banca privada.
Pecora citó a banqueros de alto nivel a testificar, con el fin de que su comparecencia y declaración atrajera a la prensa, garantizando así la máxima cobertura. Y así fue la investigación ocupaba día sí y día también la primera plana de los periódicos. Algunos de los afectados enviaron cartas a los miembros de la Comisión expresando su apoyo a la investigación, algunos de ellos describiendo su pérdida personal y manifestando su total desconfianza para con la industria financiera.
Pecora obtuvo los registros de las instituciones financieras más grandes del país. El y su equipo estudiaron minuciosamente miles de documentos internos para prepararse para los testimonios. Pecora percibió que la opinión pública se había vuelto en contra de los capitanes de la industria financiera. Durante el pico de crecimiento económico de los 20, los titanes de Wall Street habían disfrutado de un estatus de celebridad. Poco después de la caída de la bolsa, se ganaban un nuevo apodo: “bankster”
En la conferencia Bilderberg de 2002 Frank Raines dijo: “El capitalismo sin quiebra es como el cristianismo sin infierno.”
El comienzo:
A partir de septiembre de 1929, los “locos años veinte” se detuvieron agonizando, cuando los precios de las acciones de Wall Street se desplomaron. El 24 de octubre de dicho año, fue llamado el Jueves Negro, un frenesí de ventas provocó más de nueve mil millones de dólares en pérdidas, 13 millones de títulos fueron puestos a la venta a bajo precio y no encontraron comprador. Al día siguiente varios grandes banqueros de Wal Street se reunieron para encontrar una solución. En la reunión estaba Thomas W. Lamont, como representante de JPMorgan Chase, Albert Wiggin, representando al Chase National Bank y Charles E. Mitchell que era presidente del National Citi Bank. Ellos escogieron a Richard Whitney, que era vicepresidente de la bolsa de Nueva York, para que actuara en su nombre. Whitney colocó una oferta para comprar un gran bloque de acciones de la US. Steel a un precio muy por encima del mercado, la US. Steel hoy en día es la decimoquinta mayor productora de acero del mundo. Después Whitney compró un número similar de acciones de otro Blue chip. El término Blue chip se usa en economía bursátil para referirse a empresas establecidas que tengan ingresos estables, valores sin grandes fluctuaciones y que no precisen de grandes ampliaciones de su pasivo, resumiendo los blue chips son empresas estables con un alto nivel de liquidez.
La táctica empleada por Whitney, no era nueva, fue usada ya en 1907, deteniendo con éxito el descenso de un día. Sin embargo en esta ocasión la tregua fue temporal, El lunes y el martes siguientes, la bolsa siguió cayendo en picado a pesar de que los gigantes financieros como por ejemplo William C. Durant y los Rockefeller se unieron para comprar grandes cantidades de acciones con el fin de demostrar al público su confianza en el mercado. En 3 días 100.000 estadounidenses habían perdido el trabajo.
Prisión de Sing Sing donde se encerró a Richard Whitney
La caída de la bolsa en 1929 llevó a la Gran Depresión, la recesión económica más larga en la historia de Estados Unidos. En 1932 una cuarta parte de los estadounidenses estaba en situación de desempleo.
La crisis financiera cerró miles de bancos en todo el país. Los depositantes entraron en pánico y las “corridas bancarias” se convirtieron en algo común en las principales calles de América. El presidente Herbert Hoover pidió a los bancos que hicieran cumplir sus normas internas, con el fin de fortalecer el sector financiero y reforzar los mercados caídos. Pero los rumores crecientes de que “las incursiones de oso” estaban minando sus esfuerzos, Hoover pidió a los senadores que investigaran las prácticas del mercado de valores. Se denomina “incursión de oso” a la estrategia de mercado de valores que intenta forzar el precio de un stock a la baja, se suele hacer mediante la difusión de rumores negativos acerca de la empresa objetivo. Esto se considera normalmente una forma de fraude de valores.
Investigación:
El 2 de marzo de 1932, los senadores aprobaron la Resolución 84, que autorizaba a la Comisión de Banca y Moneda a investigar las prácticas en los referente a acciones y valores “la compra-venta, el endeudamiento y los préstamos”. La comisión sin embargo, no avanzo mucho durante sus primeros 11 meses. Los ejecutivos bancarios se negaron en repetidas ocasiones a obedecer los requerimientos de la comisión, que pedía los registros bancarios y documentos internos. Los testigos a su vez evadían con facilidad las preguntas formuladas por el abogado.
A principios del 33, el presidente de la Comisión Peter Norbeck contrató un nuevo abogado, el ex fiscal del distrito de Nueva York Ferdinand Pecora. Duncan Fletcher sucedió a Norberck en la presidencia de la comisión y propuso la Resolución 56, ampliando así el alcance de la investigación incluyendo las prácticas de la banca privada.
Pecora citó a banqueros de alto nivel a testificar, con el fin de que su comparecencia y declaración atrajera a la prensa, garantizando así la máxima cobertura. Y así fue la investigación ocupaba día sí y día también la primera plana de los periódicos. Algunos de los afectados enviaron cartas a los miembros de la Comisión expresando su apoyo a la investigación, algunos de ellos describiendo su pérdida personal y manifestando su total desconfianza para con la industria financiera.
Pecora obtuvo los registros de las instituciones financieras más grandes del país. El y su equipo estudiaron minuciosamente miles de documentos internos para prepararse para los testimonios. Pecora percibió que la opinión pública se había vuelto en contra de los capitanes de la industria financiera. Durante el pico de crecimiento económico de los 20, los titanes de Wall Street habían disfrutado de un estatus de celebridad. Poco después de la caída de la bolsa, se ganaban un nuevo apodo: “bankster”
Richard Whitney saliendo de Sing Sing
Las audiencias comenzaron con el testimonio de varios titanes de Wall Street, incluyendo al presidente de la Bolsa de Nueva York, Richar Whitney, y el presidente del National City Bank, Charles Mitchell. El comité seleccionó a City Bank no solo por ser el segundo banco más grande del país, sino también, como explicó el ex presidente de la comisión Peter Norberk, debido a “su reconocido liderazgo en la orgía especulativa que llevó a la caída del negocio”.
Pecora resultó ser un interrogador experto con una memoria aguda para los hechos. Su capacidad para recordad los detalles minuciosos de las transacciones bancarias sorprendió a los testigos y le hizo ganarse un gran respeto entre el resto de miembros de la Comisión. Pecora provocó, por ejemplo, las confesiones de Mitchell que dañaron gravemente su reputación. Bajo un cuidadoso interrogatorio de Pecora, Mitchell confesó que sus ingresos en 1929, incluyendo bonos y salario, ascendieron a más de un millón doscientos mil dólares. Admitió haber vendido acciones de City Bank a un miembro de su familia, asumiendo una pérdida considerable en 1929, con el fin de evitar el pago de impuestos sobre la renta. Aunque Mitchell no había violado ninguna ley, muchos juzgaron sus tratos financieros personales como poco éticos. Un editor expresó el sentimiento de muchos ante el testimonio de Mitchell cuando afirmó que “la única diferencia entre un ladrón de banco y un presidente de banco es que uno de los dos trabaja por la noche”Charles Edwin Mitchell testificando.
Pecora hizo relatar a Mitchell algunos de los cuestionables planes de préstamo del banco. A principios de la década de 1920, el banco había hecho varios préstamos a los intereses azucareros cubanos, pero en 1927 los préstamos estaban en mora. National City Bank emitió 50 millones de dólares en acciones de banca y, sin el conocimiento de los inversores, transfirió este dinero a la National City Company para comprar un participación mayoritaria en la industria azucarera cubana. Mitchell se mostró reacio a admitir que se trataba de “malos préstamos a corto plazo”, pero Pecora le obligó a admitirlo. Poco después de su comparecencia ante la comisión, Mitchell convertido en un hombre desacreditado dimitió de su cargo en City Bank.
Después, Pecora llamó a Edgar Brown al estrado. Brown era un inversor de la National City Company, que había perdido toda su fortuna personal en el crack del 29. El relató, como antes de la caída de la bolsa, corredores de City Bank, le animaron a convertir 225 mil dolares de bonos del estado en una cartera de acciones gestionadas por National City Company. El valor de las acciones comenzó a caer y Brown dijo a sus corredores que quería vender. Brown recordaba que fue “colocado en la categoría de hombres que echarían a su propia madre de casa” y avergonzado se aferró a sus existencias decrecientes. Cuando el valor de su cartera de derrumbó, City Bank rechazó su solicitud de un préstamo personal, a pesar de que el banco continuó ofreciendo préstamos sin garantías a sus corredores.
Resultado:
Las audiencias comenzaron con el testimonio de varios titanes de Wall Street, incluyendo al presidente de la Bolsa de Nueva York, Richar Whitney, y el presidente del National City Bank, Charles Mitchell. El comité seleccionó a City Bank no solo por ser el segundo banco más grande del país, sino también, como explicó el ex presidente de la comisión Peter Norberk, debido a “su reconocido liderazgo en la orgía especulativa que llevó a la caída del negocio”.
Pecora resultó ser un interrogador experto con una memoria aguda para los hechos. Su capacidad para recordad los detalles minuciosos de las transacciones bancarias sorprendió a los testigos y le hizo ganarse un gran respeto entre el resto de miembros de la Comisión. Pecora provocó, por ejemplo, las confesiones de Mitchell que dañaron gravemente su reputación. Bajo un cuidadoso interrogatorio de Pecora, Mitchell confesó que sus ingresos en 1929, incluyendo bonos y salario, ascendieron a más de un millón doscientos mil dólares. Admitió haber vendido acciones de City Bank a un miembro de su familia, asumiendo una pérdida considerable en 1929, con el fin de evitar el pago de impuestos sobre la renta. Aunque Mitchell no había violado ninguna ley, muchos juzgaron sus tratos financieros personales como poco éticos. Un editor expresó el sentimiento de muchos ante el testimonio de Mitchell cuando afirmó que “la única diferencia entre un ladrón de banco y un presidente de banco es que uno de los dos trabaja por la noche”Charles Edwin Mitchell testificando.
Pecora hizo relatar a Mitchell algunos de los cuestionables planes de préstamo del banco. A principios de la década de 1920, el banco había hecho varios préstamos a los intereses azucareros cubanos, pero en 1927 los préstamos estaban en mora. National City Bank emitió 50 millones de dólares en acciones de banca y, sin el conocimiento de los inversores, transfirió este dinero a la National City Company para comprar un participación mayoritaria en la industria azucarera cubana. Mitchell se mostró reacio a admitir que se trataba de “malos préstamos a corto plazo”, pero Pecora le obligó a admitirlo. Poco después de su comparecencia ante la comisión, Mitchell convertido en un hombre desacreditado dimitió de su cargo en City Bank.
Después, Pecora llamó a Edgar Brown al estrado. Brown era un inversor de la National City Company, que había perdido toda su fortuna personal en el crack del 29. El relató, como antes de la caída de la bolsa, corredores de City Bank, le animaron a convertir 225 mil dolares de bonos del estado en una cartera de acciones gestionadas por National City Company. El valor de las acciones comenzó a caer y Brown dijo a sus corredores que quería vender. Brown recordaba que fue “colocado en la categoría de hombres que echarían a su propia madre de casa” y avergonzado se aferró a sus existencias decrecientes. Cuando el valor de su cartera de derrumbó, City Bank rechazó su solicitud de un préstamo personal, a pesar de que el banco continuó ofreciendo préstamos sin garantías a sus corredores.
Resultado:
Ferdinand Pecora porta de la revista Time en 1933
La comisión emitió un informe final de 400 páginas el 16 de junio de 1934. Ofreciendo en él un cuidadoso análisis de una variedad de prácticas bancarias, aunque se abstuvo de hacer recomendaciones legislativas concretas, en gran parte porque el Congreso ya había aprobado una legislación importante ente el 33 y el 34, destinada a frenar algunos de los abusos más atroces descubiertos por Pecora y su equipo de investigación. El 16 de junio de 1933, se aprobó la Ley de Bancos, también conocida como Ley Glass-Steagall. Se reestructuró el sistema bancario estadounidense, separando las empresas de inversión de los bancos comerciales. Se estableció el Corporativo Banco Federal de Deposito Seguro, hoy en día conocido como FDIC, para garantizar los depósitos bancarios individuales.
En 1934 el congreso consideró la Ley de Intercambio de Valores del 34, también conocida como el proyecto de ley Fletcher-Rayburn. Los legisladores recibieron cientos de cartas de los estadounidenses medios unos apoyando y otros oponiéndose a la legislación propuesta. Un remitente llamado Lammert aplaudia los esfuerzos de la comisión por exponer las irregularidades, escribiendo que “millones de ciudadanos” privados de sus “ahorros duramente ganados” debían ser protegidos en el futuro por dicha legislación. “…el proyecto de ley de regulación del mercado de valores no es demasiado severo y tal vez no lo suficientemente drástico como para detener para siempre esta forma de peligro y el robo legal”. Un hombre de San Mateo se lamentaba de los esfuerzos ejercidos por la oposición al proyecto de ley y animaba al Presidente Fletcher a ser más drástico. Según la Librería del Congreso de Estados Unidos, en el edificio de los archivos nacionales americanos se encuentra una carta que no hemos podido encontrar digitalizada en la que desde Maryland varios peticionarios le ruegan al senador Millard Tydings que se oponga al proyecto de ley argumentando que era “destructivo para las libertades e incluso para los humanos que perderían sus libertades fundamentales y su dinero por el camino”. No obstante la oposición fue débil y Roosevelt firmó la legislación el 6 de junio de 1934.
La comisión emitió un informe final de 400 páginas el 16 de junio de 1934. Ofreciendo en él un cuidadoso análisis de una variedad de prácticas bancarias, aunque se abstuvo de hacer recomendaciones legislativas concretas, en gran parte porque el Congreso ya había aprobado una legislación importante ente el 33 y el 34, destinada a frenar algunos de los abusos más atroces descubiertos por Pecora y su equipo de investigación. El 16 de junio de 1933, se aprobó la Ley de Bancos, también conocida como Ley Glass-Steagall. Se reestructuró el sistema bancario estadounidense, separando las empresas de inversión de los bancos comerciales. Se estableció el Corporativo Banco Federal de Deposito Seguro, hoy en día conocido como FDIC, para garantizar los depósitos bancarios individuales.
En 1934 el congreso consideró la Ley de Intercambio de Valores del 34, también conocida como el proyecto de ley Fletcher-Rayburn. Los legisladores recibieron cientos de cartas de los estadounidenses medios unos apoyando y otros oponiéndose a la legislación propuesta. Un remitente llamado Lammert aplaudia los esfuerzos de la comisión por exponer las irregularidades, escribiendo que “millones de ciudadanos” privados de sus “ahorros duramente ganados” debían ser protegidos en el futuro por dicha legislación. “…el proyecto de ley de regulación del mercado de valores no es demasiado severo y tal vez no lo suficientemente drástico como para detener para siempre esta forma de peligro y el robo legal”. Un hombre de San Mateo se lamentaba de los esfuerzos ejercidos por la oposición al proyecto de ley y animaba al Presidente Fletcher a ser más drástico. Según la Librería del Congreso de Estados Unidos, en el edificio de los archivos nacionales americanos se encuentra una carta que no hemos podido encontrar digitalizada en la que desde Maryland varios peticionarios le ruegan al senador Millard Tydings que se oponga al proyecto de ley argumentando que era “destructivo para las libertades e incluso para los humanos que perderían sus libertades fundamentales y su dinero por el camino”. No obstante la oposición fue débil y Roosevelt firmó la legislación el 6 de junio de 1934.
FUENTE: https://lamjort.wordpress.com/2016/03/14/colaboracion-en-el-vortice-radio-el-crack-del-29-y-como-nos-la-han-vuelto-a-clavar/
Informe Final de la Comisión Pecora:
https://drive.google.com/file/d/0B29Y5tHry-AkUXk1djdES01UMW8/view?usp=sharing
Carta de Kruttschnitt a Fletcher:
Original:
https://drive.google.com/file/d/0B29Y5tHry-AkQUttRVFjRjg2MlE/view?usp=sharing
Traducción:
https://drive.google.com/file/d/0B29Y5tHry-AkY0p6RkhrOUlYV0U/view?usp=sharing
Carta de Lammert a Fletcher:
Original:
https://drive.google.com/file/d/0B29Y5tHry-AkR05seG8zeE42VEk/view?usp=sharing
Traducción:
https://drive.google.com/file/d/0B29Y5tHry-AkQWlNYzh3dXRjU3M/view?usp=sharing
Testimonio de Edgar Brown:
Original:
https://drive.google.com/file/d/0B29Y5tHry-AkX3R6TldZNC1aa1k/view?usp=sharing
Traducción:
Muy pronto, pendiente de corrección.
Parte del testimonio de Charles E. Mitchell:
Original:
https://drive.google.com/file/d/0B29Y5tHry-AkOVJzNDRiX0tGa2s/view?usp=sharing
Traducción:
Muy pronto, pendiente de corrección.
Citación a Charles E. Mitchell:
Original:
https://drive.google.com/file/d/0B29Y5tHry-AkTUk2SklSeXJLN1E/view?usp=sharing
Traducción:
https://drive.google.com/file/d/0B29Y5tHry-AkMEhqR0d3ZS0za1k/view?usp=sharing
Resolución 84:
https://drive.google.com/file/d/0B29Y5tHry-AkWWV0eFYtNExESjg/view?usp=sharing
Resolución 56:
https://drive.google.com/file/d/0B29Y5tHry-AkNHl0enNQTE9jMm8/view?usp=sharing
Ley Fletcher-Rayburn. 1934
https://drive.google.com/file/d/0B29Y5tHry-AkbU5VeE9XU2tCeTA/view?usp=sharing
Comparte:
Informe Final de la Comisión Pecora:
https://drive.google.com/file/d/0B29Y5tHry-AkUXk1djdES01UMW8/view?usp=sharing
Carta de Kruttschnitt a Fletcher:
Original:
https://drive.google.com/file/d/0B29Y5tHry-AkQUttRVFjRjg2MlE/view?usp=sharing
Traducción:
https://drive.google.com/file/d/0B29Y5tHry-AkY0p6RkhrOUlYV0U/view?usp=sharing
Carta de Lammert a Fletcher:
Original:
https://drive.google.com/file/d/0B29Y5tHry-AkR05seG8zeE42VEk/view?usp=sharing
Traducción:
https://drive.google.com/file/d/0B29Y5tHry-AkQWlNYzh3dXRjU3M/view?usp=sharing
Testimonio de Edgar Brown:
Original:
https://drive.google.com/file/d/0B29Y5tHry-AkX3R6TldZNC1aa1k/view?usp=sharing
Traducción:
Muy pronto, pendiente de corrección.
Parte del testimonio de Charles E. Mitchell:
Original:
https://drive.google.com/file/d/0B29Y5tHry-AkOVJzNDRiX0tGa2s/view?usp=sharing
Traducción:
Muy pronto, pendiente de corrección.
Citación a Charles E. Mitchell:
Original:
https://drive.google.com/file/d/0B29Y5tHry-AkTUk2SklSeXJLN1E/view?usp=sharing
Traducción:
https://drive.google.com/file/d/0B29Y5tHry-AkMEhqR0d3ZS0za1k/view?usp=sharing
Resolución 84:
https://drive.google.com/file/d/0B29Y5tHry-AkWWV0eFYtNExESjg/view?usp=sharing
Resolución 56:
https://drive.google.com/file/d/0B29Y5tHry-AkNHl0enNQTE9jMm8/view?usp=sharing
Ley Fletcher-Rayburn. 1934
https://drive.google.com/file/d/0B29Y5tHry-AkbU5VeE9XU2tCeTA/view?usp=sharing
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