El despliegue de cazas rusos en Irán podría causar acciones de respuesta de Arabia Saudí y EEUU, según el presidente de la Academia rusa de Problemas Geopolíticos, Konstantín Sivkov.
En declaraciones a RIA Novosti, el experto destacó que se trata de un "indicio importante del acercamiento muy serio entre Irán y Rusia en el ámbito militar y político" y eso se puede considerar como "el primer paso a la creación de una alianza política entre Rusia e Irán, es decir que Irán se declara aliado de Rusia en la guerra contra Daesh".
"Eso puede provocar consecuencias importantes; no excluyo el reforzamiento de las bases estadounidenses existentes o la aparición de nuevas en Arabia Saudí o Catar; también los estadounidenses buscarán medios para restablecer su influencia en Turquía", dijo Sivkov.
Además, los aviones rusos en Irán significan que el Gobierno iraní tomó conciencia del peligro para su país y la necesidad de una intervención más activa en el conflicto.
"Una mayor implicación de Irán en el conflicto sirio se manifestará también en acciones de las fuerzas terrestres, en particular de los Cuerpos de la Guardia Revolucionaria Islámica", concluyó el experto.
El Ministerio de Defensa de Rusia confirmó este martes la creación de una base de bombarderos Tu-22M3 y Su-34 en Irán, luego de que realizasen una serie de ataques contra los terroristas de Daesh (grupo autoproclamado Estado Islámico, prohibido en Rusia y otros países) en Siria, partiendo del aeródromo iraní de Hamadán.
A principios de agosto el presidente de Rusia, Vladímir Putin, presentó a la Duma del Estado (Parlamento) ruso, un acuerdo entre Rusia y Siria sobre el emplazamiento indefinido de un grupo aéreo de las Fuerzas Armadas.
La Fuerza Aeroespacial rusa ya realizó entre septiembre de 2015 y marzo de 2016 una operación en el país árabe a petición del presidente sirio, Bashar Asad, cuyo objetivo fue destruir instalaciones de los grupos terroristas.
Actualmente Rusia mantiene su presencia militar en el puerto sirio de Tartus y en la base aérea Hmeymim, cerca de Latakia, en el noroeste de Siria.
En declaraciones a RIA Novosti, el experto destacó que se trata de un "indicio importante del acercamiento muy serio entre Irán y Rusia en el ámbito militar y político" y eso se puede considerar como "el primer paso a la creación de una alianza política entre Rusia e Irán, es decir que Irán se declara aliado de Rusia en la guerra contra Daesh".
"Eso puede provocar consecuencias importantes; no excluyo el reforzamiento de las bases estadounidenses existentes o la aparición de nuevas en Arabia Saudí o Catar; también los estadounidenses buscarán medios para restablecer su influencia en Turquía", dijo Sivkov.
Además, los aviones rusos en Irán significan que el Gobierno iraní tomó conciencia del peligro para su país y la necesidad de una intervención más activa en el conflicto.
"Una mayor implicación de Irán en el conflicto sirio se manifestará también en acciones de las fuerzas terrestres, en particular de los Cuerpos de la Guardia Revolucionaria Islámica", concluyó el experto.
El Ministerio de Defensa de Rusia confirmó este martes la creación de una base de bombarderos Tu-22M3 y Su-34 en Irán, luego de que realizasen una serie de ataques contra los terroristas de Daesh (grupo autoproclamado Estado Islámico, prohibido en Rusia y otros países) en Siria, partiendo del aeródromo iraní de Hamadán.
A principios de agosto el presidente de Rusia, Vladímir Putin, presentó a la Duma del Estado (Parlamento) ruso, un acuerdo entre Rusia y Siria sobre el emplazamiento indefinido de un grupo aéreo de las Fuerzas Armadas.
La Fuerza Aeroespacial rusa ya realizó entre septiembre de 2015 y marzo de 2016 una operación en el país árabe a petición del presidente sirio, Bashar Asad, cuyo objetivo fue destruir instalaciones de los grupos terroristas.
Actualmente Rusia mantiene su presencia militar en el puerto sirio de Tartus y en la base aérea Hmeymim, cerca de Latakia, en el noroeste de Siria.
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