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jueves, 5 de abril de 2018

"Llegó la hora de que EE.UU. se despida de su fantasía: China sí es capaz de responder"

Es hora de que Washington "se despida de la fantasía" de que China es "una nación incapaz de responder", subraya el diario estatal chino Global Times.



China "no desea una guerra comercial" con Washington, pero "no se retirará si se desata". Así lo ha advertido el diario estatal chino Global Times después de que Pekín introdujera aranceles sobre 128 mercancías importadas de EE.UU., una medida que el periódico califica de "represalia contra la hostilidad de la Casa Blanca".

Las contramedidas, que tienen como fin gravar con aranceles las frutas, la carne de cerdo y otros productos importados de EE.UU., deben traducirse en unos 3.000 millones de dólares, el equivalente a las pérdidas causadas por los aranceles estadounidenses. Según el rotativo, esta medida es la prueba de que "China nunca se comprometerá" y "siempre tomará represalias contra los aranceles impuestos irracionalmente", por lo que Washington debería esperar represalias "por todos y cada uno de los golpes que realice en su intento por dañar los intereses" del país asiático.
"Las amenazas solo fracasarán"

Es hora de que EE.UU. "se despida de la fantasía" en la que ha vivido durante mucho tiempo, "un mundo delirante" en el que "imagina a China como una nación incapaz de responder y tolerante con los aranceles de los Estados Unidos", asevera Global Times, agregando que las nuevas medidas son "apenas una sutil insinuación".

Por todo ello, Washington "debe ser razonable" cuando se sienta a negociar con Pekín, asegura el diario, detallando que las amenazas "solo fracasarán", ya que China "no teme a EE.UU." y "no tolera la debilidad política".

El Gobierno chino siempre ha enfatizado la importancia de las relaciones con EE.UU., pero, últimamente, al menos una parte de los políticos norteamericanos han abogado por "una presión aún mayor" sobre Pekín, una postura que genera "diversos desafíos" para los lazos bilaterales, se lamenta el medio, concluyendo que el país asiático "tiene la confianza y el valor para afrontar todas las dificultades y desafíos futuros en caso de que surjan".

A finales de marzo, el presidente de EE.UU., Donald Trump, firmó un memorando que impone nuevos aranceles a China por valor de hasta 60.000 millones de dólares anuales. La medida fue adoptada en un intento de reducir el enorme déficit comercial de Washington con la segunda economía más grande del mundo, que en el año 2017 alcanzó los 375.000 millones de dólares.
En respuesta, Pekín introdujo aranceles de entre el 15% y el 25% para 128 mercancías importadas de EE.UU. Las medidas van encaminadas a equilibrar las pérdidas causadas por los aranceles impuestos por EE.UU. sobre los productos de acero y aluminio importados desde el país asiático.
China afirma que se trata de "medidas legítimas adoptadas para seguir las reglas de la OMC y salvaguardar sus intereses".

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