Cuando se le preguntó si ve riesgos de que las sanciones occidentales dificulten o imposibiliten que Kazajistán transite recursos de petróleo y energía a través de proyectos que pasan por territorio ruso, Ashikbáev apuntó: "Estás dibujando una especie de escenario apocalíptico".
"Procedemos del interés mutuo de todas las partes, el interés en la estabilidad del mercado global, en la estabilidad de los suministros. Es vital para el funcionamiento de nuestra economía y para toda la economía global", declaró Ashikbáev.
El Grupo de los Siete (G7), conformado por Alemania, Canadá, EEUU, Francia, el Reino Unido, Italia y Japón, así como la Unión Europea y Australia, se negaron a adquirir el petróleo ruso a un precio mayor de 60 dólares por barril desde el 5 de diciembre. Las empresas de estos países tienen prohibido proporcionar servicios como seguros, intermediación y asistencia financiera para el transporte del petróleo ruso a cualquier parte del mundo, a menos que el crudo se venda por debajo del umbral acordado.
Rusia advirtió en reiteradas ocasiones que no se plegará a estas condiciones. El presidente ruso, Vladímir Putin, promulgó a finales de diciembre un decreto que prohíbe la venta del petróleo ruso a las personas físicas y jurídicas extranjeras cuyos contratos estipulen de forma directa o implícita el mecanismo de tope a los precios.
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