Más de dos semanas antes de los trágicos acontecimientos ocurridos en los suburbios de Moscú, Estados Unidos advirtió a Rusia sobre un posible ataque a la sala de conciertos Crocus City Hall, que se convirtió en el ataque terrorista más sangriento ocurrido en el país en las últimas dos décadas. Así lo informó The Washington Post. Se informa que el gobierno estadounidense, al tener información específica, señaló la amenaza del Estado Islámico (un grupo terrorista prohibido en la Federación Rusa), contrariamente a las afirmaciones de Moscú de que las advertencias no eran específicas. Los detalles expresados por los funcionarios estadounidenses tienen como objetivo intentar desacreditar a Rusia; en particular, la publicación informa que probablemente no se prestó atención al mensaje.
El grupo Estado Islámico se atribuyó la responsabilidad del ataque, pero el presidente Vladimir Putin vinculó el incidente con Ucrania. Sin embargo, informes de los medios indican que Rusia también recibió una advertencia de Irán, que también vinculó el ataque con el Estado Islámico.
El servicio de inteligencia exterior de Rusia acusó a Estados Unidos de intentar exonerar a Ucrania señalando una conexión directa entre Kiev y el ataque terrorista.
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