6 viene luego del 5. Si se quiere establecer una relación jerárquica, el 6 es mayor al 5 por una unidad. Esta obviedad que podría ser desafiada por la lógica de algunos ex mandatarios (recuérdese el 5 que es menor que 1), es clara y distinta para otros, como Donald Trump. En una demostración de su pericia aritmética, el presidente estadounidense declaró en un tuit del 21 de febrero que quería la implementación de la tecnología 5G en el país, y aún más: la 6G, “tan pronto como sea posible”, toda vez que 6 es mayor —y en estos términos, mejor— que el 5.
Con la tecnología 5G en ciernes, la demanda del presidente de Estados Unidos de implementar la red 6G bien podía caer en el conjunto de desmesuras que le han caracterizado. Pero en el sector tecnológico, y concretamente en el de telecomunicaciones, los desarrollos se inician aún antes de que las tecnologías predecesoras dominen el ecosistema. A modo de ejemplo, la investigación y desarrollo de la tecnología 5G no esperó a que la 4G madurara, sino que se inició aún antes de que ésta se implementara. Así, la exigencia del mandatario estadounidense no se antoja tan desaforada.
La tecnología 5G supone un avance considerable con respecto a las redes 4G y 4G+ o LTE, sus predecesoras. Las principales diferencias entre la primera y las segundas es que la velocidad del nuevo estándar será muchísimo más rápido y sus tasas de latencia serán mucho menores. Mientras la velocidad máxima de una red 4G es de 200 megabits por segundo, la de la 4G+ es de 1,200 megabits por segundo; la tecnología 5G promete velocidades de 10,000 megabits por segundo. Así, el 5G representa una mayor velocidad con respecto a sus predecesoras; pero la 6G será, según los expertos, la red que incorporará la inteligencia.
Anticipando el futuro
Apenas el 5 de abril, Corea del Sur echó a andar la red 5G en su territorio. Poco después, el operador Verizon puso en marcha la infraestructura en las ciudades de Chicago y Mineápolis. En este mismo mes, del miércoles al viernes de la semana pasada, se celebró en la localidad de Levi, Finlandia, el 6G Wireless Summit, encuentro en el que se dieron cita expertos mundiales en comunicaciones móviles para visualizar cómo será el mundo en el 2030 bajo la nonata tecnología 6G.
Durante los tres días del encuentro, expertos del todo el mundo compartieron sus proyecciones de lo que será la tecnología 6G, trazando líneas de hacia dónde debería encaminarse su investigación y desarrollo. No obstante, los expertos tienen claro que con la tecnología 5G por desplegarse, lo seguro es que muchas de las anticipaciones sobre la 6G se terminen incorporando a la 5G.
“En el 6G Wireless Summit participó una multitud significativa y el programa fue muy interesante. Fundamentalmente, creo que nueve de cada diez cosas [que se proyectaron sobre la tecnología 6G] se absorberán en la evolución 5G, y tal vez la décima cosa sucederá en la evolución 6G. En cualquier caso, será emocionante seguir la investigación 6G, y realmente la acogemos con satisfacción", dijo el director de Ericsson Research, Magnus Frodigh.
Inteligencia Artificial
Con todo, existe un consenso en que el gran diferenciador entre la tecnología 5G y la 6G será la incorporación de la Inteligencia Artificial (IA). Con un enfoque hasta ahora dirigido a aumentar la velocidad de transmisión de los datos por la redes inalámbricas, lo que sigue es el procesamiento inteligente de la data en tiempo real.
"Hasta ahora, nos hemos preocupado por la velocidad de datos, y aunque es importante, debemos prestar atención a algo más. Los proveedores de servicios de Internet (ISP, por sus siglas en inglés) se quejan de que los ingresos de datos se mantienen planos y se han saturado. Bueno, si recurrimos a servicios personalizados y construimos redes inteligentes 6G que pueden pensar y percibir necesidades especializadas de forma automática, descubriremos que realmente estamos en un punto de inflexión", explicó Qi Bi, presidente del Centro de Innovación de Tecnología de Telecomunicaciones de China y Director de Tecnología del Instituto de Investigación de Telecomunicaciones de China, en su intervención en el 6G Wireless Summit.
Los investigadores de la Universidad Jacobs en Alemania, Razvan-Andrei Stoica y Giuseppe Abreu, elaboraron un estudio de las limitantes que puede presentar la red 5G, para entonces proyectar qué puede significar la red 6G como solución. En concordancia con muchos de los ponentes del 6G Wireless Summit, sus conclusiones son que la tecnología 6G ofrecerá velocidades mayores de transmisión de datos, que podrían ser de un terabit por segundo —las redes 5G en marcha tienen una velocidad de descarga de 600 megabits por segundo—, pero que la diferencia será el uso de la IA.
Los investigadores germanos ponen el caso de los coches autónomos, que con la tecnología 6G podrían generar redes móviles con otros vehículos sobre su trayecto para tomar mejores decisiones sobre las rutas. Esto requerirá que la IA analice grandes cantidades de datos en tiempo real de estas redes colaborativas para que el vehículo autónomo en movimiento evalúe las rutas a seguir, todo sobre la red 6G.
Telecomunicaciones y geopolítica
La celebración del 6G Wireless Summit en Finlandia obedece a que este país, y la Unión Europea toda, tengan un papel preponderante en la próxima innovación tecnológica.
"Queremos promover empresas europeas, por supuesto, pero la investigación precompetitiva es muy útil para la industria en general. A nivel de investigación necesitamos cooperación global. Cuando se finalizan los productos, esa es otra historia, pero para la investigación, hay un valor definitivo en la colaboración entre regiones”, declaró Bernard Barani, Jefe de Unidad Adjunto en la Dirección de CONNECT de la Comisión Europea.
El tuit de Donald Trump sobre las redes 5G y 6G se inscribe en la pugna que mantiene el mandatario de Estados Unidos con China sobre la supremacía tecnológica.
Bajo la premisa de que quien controle la infraestructura 5G obtendrá una ventaja global durante las próximas décadas en materia económica, en inteligencia y poder militar, Estados Unidos y China han llevado en los últimos meses un pulso que ha tenido como repercusiones el arresto de una alta ejecutiva de Huawei, empresa china que lidera la infraestructura 5G en la actualidad, en Canadá. Huawei también ha sido acusada por el gobierno de Estados Unidos de utilizar los dispositivos que comercializa para recopilar datos que serán usados por la inteligencia china. Hasta el momento, ninguna de las acusaciones se ha probado.
El 26 de marzo, la Comisión Europea anunció una serie de recomendaciones para sus estados miembros para que evalúen los riesgos de las infraestructuras de 5G, actualizando requisitos existentes, y definiendo condiciones y obligaciones reforzadas para proveedores y operadores. Si bien el comunicado de la CE no establece el veto a ninguna empresa, resalta que los estados europeos tienen el derecho de excluir empresas de sus mercados por razones de seguridad nacional cuando no cumplan con las normas y el marco jurídico del país en cuestión.
Con todo, la semana pasada se filtró a la prensa que Reino Unido, uno de los principales aliados de Donald Trump, había decidido permitir que Huawei participe, aunque de forma limitada, en el desarrollo de la red británica de telefonía móvil 5G, pese a las advertencias de Estados Unidos.
Quienes se apresuraron a hacer comentarios sarcásticos sobre el tuit de Trump no contemplaron la posibilidad de que lo que les pareció una ocurrencia fuera más bien la expresión de un sabio idiota. Pero tampoco es su culpa. Los casos de ex mandatarios que sólo son idiotas —5 menor que 1— les dan la razón.
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