El creciente papel de los vehículos eléctricos ha llevado el cobalto al panteón de los metales clave del siglo XXI junto con el litio y el níquel. ¿Quién controla la producción del valioso metal y cómo puede ayudar a China a presionar a EEUU en la guerra comercial?
El cobalto es uno de los elementos clave —y desde el punto de vista del mercado el más caro— de las baterías de ion de litio. Aproximadamente la mitad de todas las reservas de cobalto actuales se encuentran en la República Democrática del Congo (RDC), señala en su artículo Víktor Katona, experto del Consejo de Asuntos Internacionales de Rusia.
Un as en la manga de China
Mientras que la RDC domina la extracción de cobalto, China es el líder mundial indiscutible en el procesamiento metalúrgico de minerales de cobalto, que produce la mitad de todos los productos químicos que contienen cobalto en el mundo, observa Katona.
Este hecho se vuelve especialmente relevante en el contexto de la confrontación comercial entre Estados Unidos y China. El gigante asiático tiene en sus manos una herramienta muy seria, que puede cuestionar las actividades de empresas como Apple, Dell, General Motors o Tesla, advierte el autor.
"China puede usar el cobalto como herramienta para presionar a Washington. Los expertos estadounidenses ya se han dado cuenta de esta amenaza y han comenzado a considerar la posibilidad de diversificar proveedores y aumentar sus propias capacidades de procesamiento", comenta el también especialista de compras de petróleo de MOL Group.
Algunas empresas decidieron actuar de otra manera. El fabricante de equipos electrónicos Panasonic ha estado trabajando en un nuevo tipo de batería durante varios años que contenga un mínimo de cobalto. Sin embargo, el cobalto es el elemento que hace que la batería sea más segura (evita el calentamiento excesivo) y dure más. Esta estrategia de varias empresas plantea un gran riesgo, porque lo que más les importa a los consumidores es la calidad del producto, analiza el experto.
Riesgos de la RDC
Mientras tanto, EEUU no es el único país que corre riesgos en la industria.
Una posible suspensión del suministro de materias primas de la RDC por un cambio repentino de autoridades con una posterior nacionalización de toda la riqueza mineral del país, podrían poner en peligro a toda la industria de las energías renovables, desde vehículos eléctricos hasta instalaciones fotovoltaicas, advierte Katona.
El autor señala que la situación en el país africano es muy inestable, la RDC sigue siendo uno de los países más pobres del mundo.
Un riesgo real podría provenir de un posible motín de la población en los territorios que antes pertenecían a la provincia de Katanga. En las minas de cobalto no controladas por las empresas privadas, que son nominalmente de propiedad estatal, hay alrededor de 150.000 mineros, cuyo trabajo proporciona alrededor del 10% de la producción mundial de cobalto. No obstante, las condiciones de trabajo son inhumanas, mientas que la remuneración promedio por un día laboral, que dura de 14 a 16 horas, es de 1 a 2 dólares estadounidenses, dice el experto. Además, está muy extendida la práctica de utilizar el trabajo infantil.
Riesgos ecológicos
La minería de cobalto en los países subdesarrollados, como la RDC, tiene también consecuencias ambientales.
El agua potable y el agua subterránea están contaminadas, por lo que el nivel de metales en los niños y adultos que viven cerca de las minas es varias veces mayor que el de los ciudadanos comunes, señala Katona.
El cobalto en su conjunto es un metal menos tóxico que el resto, sin embargo, debido a la riqueza mineral de la República Democrática del Congo, los mineros no solo trabajan con el cobalto, sino también con el uranio que hay en Katanga.
Mientras tanto, los expertos pronostican que el mercado de cobalto entrará en la etapa de deficiencia crónica en los próximos años 2022–2023.
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