Durante una entrevista con la cadena iraní en lengua árabe Al-Alam publicada el miércoles, el portavoz del Cuerpo de Guardianes de la Revolución Islámica de Irán, el general de brigada Ramezan Sharif, desestimó las recientes amenazas del régimen de Israel de atacar las instalaciones nucleares iraníes y consideró que tales declaraciones son meras consignas que corean desde Tel Aviv contra el país persa.
En este sentido, destacó que hay dos puntos que frenan a Israel a concretar sus amenazas contra Irán: el primero es la respuesta simétrica de Teherán y el segundo son las condiciones de las instalaciones iraníes tan fortificadas que los sionistas no pueden tomar hacer nada, así como la estrategia y operaciones de la defensa pasiva.
Al ser preguntado sobre la probabilidad de que Irán acceda a negociar sus capacidades de misiles en las conversaciones en curso en Viena (Austria) para reactivar el acuerdo nuclear firmado en 2015, el portavoz militar dejó claro que “durante los últimos años, todos los funcionarios del país, de todas las corrientes políticas que gobiernan los asuntos políticos, han manifestado que el tema de los misiles y los temas regionales son la línea roja de la República Islámica, y temas relacionados con la defensa de nuestro país, la gente y nuestra tierra nunca serán negociados”.
El general iraní subrayó que, con la gracia de Dios y el esfuerzo de los científicos iraníes, la República Islámica de Irán ha llegado a una etapa muy avanzada en el sector de la defensa.
“Los sionistas creían hasta ayer que podían acertar a algunos de nuestros misiles balísticos, pero con el asombroso avance logrado, como que los misiles antes de alcanzar sus objetivos pueden maniobrar, nunca la Cúpula de Hierro o cualquier escudo antimisiles pueden enfrentar estos [misiles iraníes]”, enfatizó.
Ante estas amenazas del régimen israelí y su aliado estadounidense, el comandante en jefe del Ejército de Irán, el general de división Seyed Abdolrahim Musavi, remarcó el 13 de diciembre que las “tonterías” de Israel contra Irán son producto de su miedo ante el progreso del país persa en diferentes campos.
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