Los chips siguen siendo el elemento clave de una guerra fría por la supremacía tecnológica que se libra entre Estados Unidos, Europa y China y que prácticamente deja al menos un titular por semana. Este lunes, Pekín ha dado un nuevo paso tras las últimas informaciones que apuntan a que EE UU prepara un endurecimiento a la exportación de chips relacionados con la IA y después de la confirmación del mayor control que establecerá Países Bajos a la exportación de equipo de última tecnología de ASML Holding, el principal proveedor de la maquinaria que permite producir los chips más punteros. El Ministerio de Comercio chino ha publicado unos estrictos protocolos para controlar la exportación de germanio y galio, dos metales que Bloomberg cataloga de “cruciales” para semiconductores, telecomunicaciones y vehículos eléctricos.
“Con el fin de salvaguardar la seguridad y los intereses nacionales, el Consejo de Estado ha decidido aplicar el control de las exportaciones de artículos relacionados con el galio y el germanio con la aprobación de los miembros del Consejo”, explica el comunicado oficial. Así, a partir del 1 de agosto, que es cuando la medida entrará en vigor, las empresas que quieran exportar estos metales y sus derivados desde China deberán solicitar licencias especiales al Ministerio de Comercio. En estas licencias, deberán completar datos como quiénes son los compradores y sus representantes legales, el contrato original y garantías de uso final por parte de los importadores.
Una vez que las compañías reúnan esta información, el Ministerio de Comercio chino revisará la documentación y tomará una decisión de aprobación o desaprobación dentro del plazo legal. En el caso de que se exporte sin autorización, además de multas, los exportadores que infrinjan la medida se exponen a penas de cárcel.
“Esta limitación será disruptiva, el germanio y el galio son absolutamente críticos para la industria de alta tecnología”, ha señalado a Bloomberg Anthony Lipmann, director de la firma londinense de compraventa de metales Lipmann Walton. China produce el 94% de todo el galio del mundo, mientras Rusia genera otro 4%, según datos del centro de inteligencia de minerales críticos de Reino Unido.
Si bien el conflicto tecnológico lleva meses latente, en las últimas semanas está acelerándose. En agosto de 2022, empezaron a trascender detalles de la Ley de Ciencia y Chips de Estados Unidos. Un paquete masivo de 280.000 millones de inversión para impulsar la producción de esta crucial tecnología dentro de las fronteras estadounidenses. A finales de 2022, China desveló una hoja de ruta mediante la cuál invertirá 132.000 millones de dólares en su industria de chips. En febrero, la Comisión Europea presentó la Chips Act, una normativa con 40.000 millones de dólares de inversión directa mediante la cuál la Unión aspira a producir el 20% de los chips de todo el mundo para 2030. Más allá de regar con dinero público a las empresas privadas encargadas de la producción de chips, como recientemente hizo Alemania con 10.000 de euros para Intel, las limitaciones de exportaciones han sido el siguiente paso.
Según Bloomberg, tanto el galio como el germanio no son metales particularmente difíciles de encontrar, pero sí relativamente caros de extraer. China acumula casi la totalidad de la producción por su capacidad de mantenerlos baratos. Ambos metales son productos derivados de procesar otras materias primas como carbón y bauxita, la base de la producción de aluminio. Se emplean en los coches eléctricos, defensa y pantallas.
“Cuando dejen de tirar los precios, se volverá más viable extraer esos metales en Occidente”, opina Christopher Ecclestone, experto en la firma de análisis de materias primas Hallgarten & Company. “Por un corto periodo de tiempo van a escasear, pero al mismo tiempo, China irá perdiendo su posición de dominancia de mercado después de que se encarezcan. Esto mismo ha pasado antes con otras materias primas como el antimonio, el tungsteno o las tierras raras”, valora.
Nueva escalada en la guerra de los chips: China responde con limitaciones de exportación de dos metales claves | Economía nacional e internacional | Cinco Días (elpais.com)
“Con el fin de salvaguardar la seguridad y los intereses nacionales, el Consejo de Estado ha decidido aplicar el control de las exportaciones de artículos relacionados con el galio y el germanio con la aprobación de los miembros del Consejo”, explica el comunicado oficial. Así, a partir del 1 de agosto, que es cuando la medida entrará en vigor, las empresas que quieran exportar estos metales y sus derivados desde China deberán solicitar licencias especiales al Ministerio de Comercio. En estas licencias, deberán completar datos como quiénes son los compradores y sus representantes legales, el contrato original y garantías de uso final por parte de los importadores.
Una vez que las compañías reúnan esta información, el Ministerio de Comercio chino revisará la documentación y tomará una decisión de aprobación o desaprobación dentro del plazo legal. En el caso de que se exporte sin autorización, además de multas, los exportadores que infrinjan la medida se exponen a penas de cárcel.
“Esta limitación será disruptiva, el germanio y el galio son absolutamente críticos para la industria de alta tecnología”, ha señalado a Bloomberg Anthony Lipmann, director de la firma londinense de compraventa de metales Lipmann Walton. China produce el 94% de todo el galio del mundo, mientras Rusia genera otro 4%, según datos del centro de inteligencia de minerales críticos de Reino Unido.
Si bien el conflicto tecnológico lleva meses latente, en las últimas semanas está acelerándose. En agosto de 2022, empezaron a trascender detalles de la Ley de Ciencia y Chips de Estados Unidos. Un paquete masivo de 280.000 millones de inversión para impulsar la producción de esta crucial tecnología dentro de las fronteras estadounidenses. A finales de 2022, China desveló una hoja de ruta mediante la cuál invertirá 132.000 millones de dólares en su industria de chips. En febrero, la Comisión Europea presentó la Chips Act, una normativa con 40.000 millones de dólares de inversión directa mediante la cuál la Unión aspira a producir el 20% de los chips de todo el mundo para 2030. Más allá de regar con dinero público a las empresas privadas encargadas de la producción de chips, como recientemente hizo Alemania con 10.000 de euros para Intel, las limitaciones de exportaciones han sido el siguiente paso.
Según Bloomberg, tanto el galio como el germanio no son metales particularmente difíciles de encontrar, pero sí relativamente caros de extraer. China acumula casi la totalidad de la producción por su capacidad de mantenerlos baratos. Ambos metales son productos derivados de procesar otras materias primas como carbón y bauxita, la base de la producción de aluminio. Se emplean en los coches eléctricos, defensa y pantallas.
“Cuando dejen de tirar los precios, se volverá más viable extraer esos metales en Occidente”, opina Christopher Ecclestone, experto en la firma de análisis de materias primas Hallgarten & Company. “Por un corto periodo de tiempo van a escasear, pero al mismo tiempo, China irá perdiendo su posición de dominancia de mercado después de que se encarezcan. Esto mismo ha pasado antes con otras materias primas como el antimonio, el tungsteno o las tierras raras”, valora.
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