Situada a unos 40 kilómetros de la frontera ucraniana, la ciudad rusa de Bélgorod fue el blanco de un ataque terrorista. Edificios gubernamentales y otras instalaciones civiles fueron alcanzados por los proyectiles, que dejaron 111 heridos además de las víctimas mortales.
Según el Ministerio de Defensa, se utilizaron dos misiles Olkha con ojivas de fragmentación prohibidas, así como cohetes Vampire fabricados por la República Checa, miembro de la Organización del Tratado del Atlántico Norte (OTAN). El Gobierno ruso ya ha declarado que el crimen no quedará impune y que el principal objetivo de Kiev es desviar la atención de las constantes derrotas en el frente de batalla en Ucrania. También ha culpado a Estados Unidos y al Reino Unido de participar en los actos, al incitar al régimen de Kiev a acciones terroristas.
"A falta de la más mínima posibilidad de mejorar la deplorable situación de las Fuerzas Armadas ucranianas 'sobre el terreno', los anglosajones han recurrido a la táctica de llevar a cabo ataques terroristas contra civiles", declaró Maria Zajárova, vocera del Ministerio de Asuntos Exteriores ruso, poco después de que el país llevara el asunto al Consejo de Seguridad de las Naciones Unidas, del que es miembro permanente, por los ataques.
Williams Gonçalves, profesor de Relaciones Internacionales de la Universidad Estatal de Río de Janeiro, dijo a Sputnik que el uso de armas prohibidas contra la población civil de la ciudad, que tiene poco más de 370.000 habitantes, hace que el crimen sea aún más grave.
Según el experto, el presidente ucraniano Zelenski se siente abandonado por los países occidentales, que reducen cada vez más su ayuda financiera al país, y quiere "llamar la atención". Sin embargo, cree que Zelenski no tendrá éxito.
"Ya hay una corriente muy fuerte en Estados Unidos que cree que él [Zelenski] nunca ganará, y por eso tiene que prepararse para negociar [con Rusia]. Pero el coste político para él es demasiado alto e intentará recalentar el conflicto", explica el especialista.
Tan solo esta semana Rusia repelió 34 ataques contra la República Popular de Donetsk, con la pérdida de casi 1.700 soldados ucranianos, siete tanques y 13 vehículos blindados. El Ejército ruso ha llevado a cabo otros 50 ataques contra objetivos pertenecientes exclusivamente a las Fuerzas Armadas ucranianas.
Occidente se niega al diálogo
Isabela Gama, especialista en seguridad y teoría de las relaciones internacionales de la Pontificia Universidad Católica de Río de Janeiro (PUC-Rio), dijo a Sputnik que Rusia lleva tiempo buscando un canal de comunicación con Ucrania para negociar la paz en la región.
"Occidente ha desaprovechado esta oportunidad para la paz en varias ocasiones. Rusia lleva mucho tiempo intentando negociar la paz y parece que no se le escucha. Portavoces, ministros e incluso el presidente Vladímir Putin acuden a la prensa para hablar del conflicto y de la posibilidad de negociar, pero parece que hablan con las paredes", observa.
La experta también subraya que Kiev "miente" cuando dice que solo tenía como objetivo instalaciones militares. "Entre otras cosas, porque en este ataque ucraniano fueron alcanzados centros preescolares y establecimientos privados no relacionados con el gobierno, con la ayuda de material checo", afirma, y añade que el uso de armamento suministrado por Occidente en el ataque podría provocar una escalada del conflicto a otras partes de Europa.
"La Unión Europea está muy dividida. Eso es un problema, porque les resulta difícil ponerse de acuerdo sobre a quién apoyar y a quién no. Muchos ya no lo apoyan porque sería demasiado costoso para el bloque. Y este conflicto podría extenderse a la región en algún momento, porque con otro ataque indiscriminado de Rusia, no hay garantías de que no tome represalias en algún momento", sostiene.
Repercusiones geopolíticas en el continente
El profesor universitario y politólogo Rodolfo Marques coincide en que las muertes de civiles en Bélgorod podrían tener una serie de consecuencias geopolíticas más allá de Rusia, dados los constantes intentos de Occidente de tensar aún más las relaciones con Ucrania, que está retrasando un acuerdo para poner fin a la operación especial.
Mientras tanto, Kiev recurre incluso a alistar a hombres discapacitados y ancianos ante las recurrentes bajas en su Ejército.
"La región de Bélgorod está cerca de la frontera con Ucrania. Así que también es un importante punto de convergencia allí, y sin duda habrá un despliegue, no solo en las reacciones rusas, sino también en este debate que se celebrará en las Naciones Unidas. Es otro triste capítulo del conflicto", afirmó.
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