El titular del Ministerio de Defensa de Rusia, Serguéi Shoigú, anunció formalmente que el 25 de diciembre las Fuerzas Armadas de su país liberaron Márinka, una ciudad fuertemente fortificada en Donetsk que durante años sirvió como un importante bastión para las tropas ucranianas.
La proximidad del asentamiento a la capital de la región, homónima a la república, permitió a las fuerzas ucranianas bombardear la ciudad más grande con relativa impunidad, recordó el analista militar Anatóli Matviychuk, coronel retirado de las Fuerzas Armadas rusas.
"Lo más importante es que ellos (las fuerzas ucranianas) convirtieron esa ciudad en una fortificación", dijo el exuniformado. "Había posiciones de tiro de artillería de largo alcance y lanzacohetes múltiples que bombardeaban Donetsk. Ahora Márinka está en manos rusas y, por tanto, la amenaza se ha alejado de Donetsk".
Señaló además que la liberación de Márinka da como resultado que las fuerzas rusas tomen el control de "un centro de ferrocarriles y carreteras", sin mencionar el corte de las líneas de suministro para las fuerzas ucranianas en el sector.
La victoria rusa en Márinka también significa que las fuerzas ucranianas sufrieron un duro golpe en su moral y perdieron la confianza en su capacidad para mantener sus posiciones, sugirió el coronel general Geórgi Shpak, excomandante de las Fuerzas Aerotransportadas rusas.
"Ya he aprendido que el número de soldados ucranianos que quieren terminar en cautiverio ruso ha aumentado drásticamente", ironizó Shpak, añadiendo que las tropas de Kiev están decepcionadas de sus líderes y sus ideales.
Mientras tanto, el coronel retirado Rustem Klupov, analista militar y veterano de la inteligencia militar rusa, argumentó que la liberación de Márinka fue el comienzo de un avance en la defensa enemiga de múltiples capas en el sector, al que pueden seguir otros avances en los sectores de Artiómovsk y Avdeevka.
"Estas tres direcciones —Artiómovsk, Márinka y Avdeevka— pueden conducir a un avance estratégico hacia Pavlograd y Dnepropetrovsk, unos 200 kilómetros, para rodear la fuerza de ataque enemiga, que intentaba atravesar nuestras líneas de frente en el sur", dijo Klupov.
Según el analista militar, tal medida por parte de las fuerzas rusas pondría en riesgo a todo el grupo de tropas ucranianas del sur, ya que Kiev se vería obligada a retirarlas o correr el riesgo de quedar aisladas.
"El éxito de esta gran operación se determina allí, cerca de Avdeevka y Márinka", afirmó Klupov.
Si bien la llamada "contraofensiva de verano" de Kiev, que comenzó a principios de junio y terminó sin mucha fanfarria a finales de año, no produjo ningún resultado aparte de decenas de miles de soldados ucranianos muertos, las fuerzas rusas obtuvieron una serie de victorias en 2023, que incluyen la liberación de las ciudades de Artémivsk, Soledar y Márinka.
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