La reunión en Pyongyang, la capital norcoreana, se produjo entre crecientes preocupaciones en Corea del Sur sobre que su vecino del norte intente aumentar sus exportaciones de trabajo a Rusia, una violación de las resoluciones del Consejo de Seguridad de Naciones Unidas, para generar ingresos para su economía estancada y ayudar a financiar el programa armamentístico del líder Kim Jong Un.
Funcionarios norcoreanos liderados por el ministro de Relaciones Económicas Externas, Yun Jong Ho, La Agencia Central de Noticias de Corea, un medio oficial, se reunieron con la delegación liderada por Oleg Kozhemyako, gobernador de la región de Primorye en el lejano oriente ruso, y hablaron sobre llevar la cooperación entre los dos países “a niveles más altos”. El reporte no especificó qué clase de cooperación se abordó.
Antes de su viaje, Kozhemyako dijo a medios rusos que esperaba hablar sobre cooperación en agricultura, turismo y comercio.
La visita formaba parte de un frenesí de actividad diplomática entre los dos países este año, marcada por una cumbre entre Kim y el presidente de Rusia, Vladímir Putin, en septiembre, que refleja sus intereses comunes ante distintas y crecientes confrontaciones con Estados Unidos.
Estados Unidos y Corea del Sur han acusado a Corea del Norte de proporcionar munición de artillería y otras armas en los últimos meses para ayudarla a librar su guerra en Ucrania, aunque tanto Rusia como Corea del Norte han negados esas entregas.
También hay una preocupación sobre que Corea del Norte se prepare para enviar trabajadores a Rusia para conseguir divisas que necesita con urgencia. Eso incumpliría sanciones del Consejo de Seguridad de Naciones Unidas impuestas a Pyongyang por sus programas nuclear y de misiles balísticos.
El gobierno de Estados Unidos anunció el lunes que impondría sanciones a más de 250 personas y entidades en relación con la guerra de Rusia en Ucrania, incluidas varias empresas de transporte que según el Departamento de Estado habían participado en el traslado de municiones entre Corea del Norte y Rusia.
El líder norcoreano apuntó el año pasado a un interés en enviar trabajadores de construcción para ayudar a reconstruir territorios separatistas con apoyo ruso en la región oriental de Ucrania. La idea fue respaldada abiertamente por dignatarios y diplomáticos rusos, ante la perspectiva de disponer de una fuerza de trabajo esforzada y barata que podrían desplegar en condiciones difíciles.
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