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miércoles, 23 de enero de 2013

El Presidente de Uganda lleva a la nación al arrepentimiento

Uganda celebró su jubileo en octubre, 50 años de independencia de Gran Bretaña.


Durante la "semana de oración" nacional, su presidente cristiano, Yoweri Museveni, dirigió a la nación en una oración de arrepentimiento y dedicación a Dios (New Vision, 18 de octubre). Oró: "Dios Padre que estás en el Cielo, hoy estamos aquí como ugandeses, para darte gracias por Uganda… Te damos gracias por tu bondad para con nosotros. Me encuentro aquí para acabar con la maldición del pasado, sobre todo de los últimos 50 años de nuestra historia de liderazgo nacional, y en el umbral de una nueva dispensación en la vida de esta nación. Estoy aquí en mi nombre y en nombre de mis predecesores para arrepentirnos. Pedimos tu perdón. Confesamos los pecados que han dificultado enormemente nuestra unidad nacional" (ibídem). Luego pasó a citar muchos de los pecados: embriaguez, brujería, idolatría, falta de honradez, intriga y traición. El señor Museveni terminó su oración diciendo: "Señor, perdónanos y danos un nuevo comienzo. Danos un corazón que te ame, que te tema y te busque… Queremos dedicarte esta nación para que seas nuestro Dios y guía. Queremos que Uganda sea conocida como nación que teme a Dios y como nación cuyos cimientos están firmemente arraigados en la rectitud y la justicia, para que se cumpla lo que dice la Biblia en Salmos 33:12: "Bienaventurada la nación cuyo Dios es el Eterno, el pueblo que Él escogió como heredad para sí" (ibídem). Este es un ejemplo extraordinario de un líder moderno. Los líderes deben dirigir sus naciones no solo en asuntos gubernamentales, sino también en lo moral. Cuando Salomón se convirtió en rey de Israel, humildemente pidió por un "corazón entendido para juzgar" al pueblo de Dios (1 R. 3:7-9). Luego Salomón pidió a Dios perdón en nombre de su pueblo (1 R. 8:22-53), y la nación de Israel fue bendita y prosperó (1 R. 10:1-9). Será interesante ver lo que le suceda a Uganda durante el resto de la presidencia del señor Museveni. Nuestro mundo sería muy diferente si todos los líderes siguieran su ejemplo.

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