La época de los superportaaviones de EE.UU. está por acabarse, según Mark Jacobson, experto de la institución estadounidense de análisis político German Marshall Fund, quien insiste en que la única alternativa son los portaaviones ligeros. Hoy en día Washington cuenta con un total de 10 superportaaviones, naves con un desplazamiento de más de 65.000 toneladas. "Pueden usarse en algunas situaciones particulares, pero un portaaviones no podrá enviarse a un lugar donde no haya también un dominio absoluto en el aire. El futuro de estas naves dependerá de cuántas naciones posean misiles hipersónicos", comenta Jacobson, según recoge el portal Dod Buzz.
Una alternativa serían los portaaviones más ligeros, con más capacidad de maniobra y que permitan una mejor cobertura general, asegura el analista. Sin embargo, el blog de tecnología Gizmodo tiene una visión más todavía drástica: los portaaviones de EE.UU. son cosa del pasado ya desde hace décadas y hoy en día son completamente inútiles. La causa es muy simple: los misiles supersónicos antibuque Kh-22 de lanzamiento aéreo que forman parte del armamento ruso desde los años 1970 en diferentes modificaciones.
En los conflictos armados en los que ha participado EE.UU. en el último medio siglo, los portaaviones, tanto pesados como ligeros, han sido plataformas indispensables: sin ellos, EE.UU. no habría sido capaz de desplegar rápidamente escuadrones aéreos en diferentes teatros de operaciones, considera el portal. Pero esto fue posible solo gracias al hecho de que ningún enemigo suyo estaba equipado con los Kh-22, cuyas últimas versiones pueden impactar contra una nave desde una distancia de hasta 600 kilómetros y con una velocidad de 5 Mach, dejando en ella un agujero de 22 metros cuadrados y de 12 metros de profundidad, asegura.
Hoy en día los misiles Kh-22 están a disposición de cuatro Estados del escenario postsoviético: Rusia, Ucrania, Bielorrusia y Kazajistán. A mediados de los años 1980 la URSS había suministrado 24 misiles de esto tipo también a Irak, pero después de la invasión estadounidense fueron quitados del servicio en el país. Sin embargo, Gizmodo asegura que China podría contar con réplicas de este armamento y destaca que otros países, tarde o temprano, también tendrán misiles parecidos, lo que convierte los vulnerables portaaviones estadounidenses en piezas inútiles.
Una alternativa serían los portaaviones más ligeros, con más capacidad de maniobra y que permitan una mejor cobertura general, asegura el analista. Sin embargo, el blog de tecnología Gizmodo tiene una visión más todavía drástica: los portaaviones de EE.UU. son cosa del pasado ya desde hace décadas y hoy en día son completamente inútiles. La causa es muy simple: los misiles supersónicos antibuque Kh-22 de lanzamiento aéreo que forman parte del armamento ruso desde los años 1970 en diferentes modificaciones.
En los conflictos armados en los que ha participado EE.UU. en el último medio siglo, los portaaviones, tanto pesados como ligeros, han sido plataformas indispensables: sin ellos, EE.UU. no habría sido capaz de desplegar rápidamente escuadrones aéreos en diferentes teatros de operaciones, considera el portal. Pero esto fue posible solo gracias al hecho de que ningún enemigo suyo estaba equipado con los Kh-22, cuyas últimas versiones pueden impactar contra una nave desde una distancia de hasta 600 kilómetros y con una velocidad de 5 Mach, dejando en ella un agujero de 22 metros cuadrados y de 12 metros de profundidad, asegura.
Hoy en día los misiles Kh-22 están a disposición de cuatro Estados del escenario postsoviético: Rusia, Ucrania, Bielorrusia y Kazajistán. A mediados de los años 1980 la URSS había suministrado 24 misiles de esto tipo también a Irak, pero después de la invasión estadounidense fueron quitados del servicio en el país. Sin embargo, Gizmodo asegura que China podría contar con réplicas de este armamento y destaca que otros países, tarde o temprano, también tendrán misiles parecidos, lo que convierte los vulnerables portaaviones estadounidenses en piezas inútiles.
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