Mediante un experimento, los científicos afirman que son capaces de conseguir que los cristianos ya no crean en Dios o que gente que rechaza a los migrantes, se muestre abierto a recibirlos con los brazos abiertos.
Los científicos observaron cómo el cerebro resuelve problemas ideológicos abstractos.
Usando una técnica llamada estimulación magnética transcraneal (TMS), los investigadores “apagaron” ciertos grupos de neuronas en los cerebros de los voluntarios.
El TMS, que se utiliza para tratar la depresión, consiste en colocar una gran bobina electromagnética en el cuero cabelludo que crea corrientes eléctricas que estimulan las células nerviosas en la región del cerebro involucrada con el control del estado de ánimo.
Los investigadores descubrieron que la técnica alteró radicalmente las percepciones religiosas y los prejuicios.
La creencia en Dios se redujo casi en un tercio, mientras que los participantes se mostraron en un 28,5% menos molestos por la cantidad de inmigración.
Dr Keise Izuma, de la Universidad de York, dijo: “La gente a menudo recurren a la ideología cuando se enfrentan a problemas. Queríamos saber si una región del cerebro que está relacionada con la solución de problemas concretos, como decidir cómo mover el cuerpo para superar un obstáculo, también está implicada en la solución de problemas abstractos abordados por la ideología”
Se pidió a los voluntarios que calificaran su creencia en Dios, el cielo, el diablo y el infierno después de someterse a una pre-selección para garantizar que tenían convicciones religiosas reales
El Dr Izuma dijo: “Les hablamos de temas como la muerte, porque investigaciones anteriores demostraron que las personas recurren a la religión al hablar de este tema.
Como era de esperar, encontramos que cuando experimentalmente apagamos la corteza posterior frontal medial, la gente estaba menos dispuesta a aceptar las ideas religiosas de consuelo respecto a la muerte”
A los participantes estadounidenses también se les mostraron dos ensayos escritos por inmigrantes recién llegados; uno de los textos era muy complaciente con los EE.UU. y el otro era extremadamente crítico.
El Dr Izuma dijo: “Cuando interrumpimos la región del cerebro que normalmente ayuda a detectar y responder a amenazas, vimos una reacción menos negativa contra el inmigrante crítico y sus opiniones”
La investigación, publicada en la revista Social Cognitive and Affective Neuroscience, sugiere que nuestro cerebro utiliza las mismas vías mentales básicas para resolver problemas prácticos tales como seguir instrucciones, que para abordar cuestiones ideológicas como la inmigración o la religión.
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