A escasos meses de que se presenten las nuevas elecciones para la presidencia de los EEUU, la carrera por la presidencia parece cada vez más definida hacia un lado, y no, no es del lado de Donald Trump, en realidad la balanza se está inclinando más del lado del demócrata Joe Biden.
Esta situación no es más que el resultado de las nefastas políticas económicas emprendidas por la actual administración norteamericana y, en menor medida, por el pésimo manejo de la crisis sanitaria.
Pero más que nada es debido a la estúpida guerra comercial y económica lanzada contra China, y es que no es que China sea la principal perdedora en este asunto, no, en realidad los principales perdedores son los estadounidenses, y para muestra un botón: Según los últimos datos dados a conocer, la economía estadounidense se ha desplomado un espectacular 33 % en el segundo trimestre del año, mientras que la economía China ha tenido un asombroso crecimiento del 3,5%, y esto pese a la presente crisis y a la guerra comercial emprendida por EEUU.
Pero no acaban solo ahí los datos, porque no obstante el veto comercial y los constantes ataques de que es objeto por parte de EEUU, la empresa china Huawei ha logrado hacerse con el control absoluto del mercado mundial de los Smartphones, pues el gigante tecnológico asiático ha arrebatado la corona a Samsung y Apple como la empresa que más celulares vende en el mundo, con unas ventas extraordinarias de más de 56 millones de equipos vendidos durante el segundo trimestre del presente año.
Esto, sin duda, son muy malas noticias para Donald Trump y su séquito de secuaces, pues no solo no han logrado hacer mella en la economía china, sino que, además, sus respectivas economías se han visto seriamente afectadas por esta guerra comercial y tecnológica. Es más, ni siquiera el veto al acceso a la tecnología estadounidense ha impedido que el gigante asiático encuentre nuevas alternativas y desarrolle su propia tecnología para remediar esta falta de componentes de origen norteamericano.
Esto sin duda a la larga va a traer el atraso tecnológico de los propios Estados Unidos y el surgimiento de China como primera potencia tecnológica a nivel global. Por mientras, el dragón asiático ya ha impedido el acceso a los estadounidenses a los elementos de tierras raras producidos por China, y esto sin duda va a significar un fuerte golpe a la industria tecnológica norteamericana, y no solo a la industria tecnológica, sino que también a la industria armamentista de ese país.
Y estas son las principales razones de porque el barco de Donald Trump se va á ir en picada, pues no solo no son viables sus políticas económicas, sino que, además, han perdido el mayor mercado del mundo, mercado que no es otro que el de China.
Así es, no olvidemos que China en el año 2004 representaba tan solo la mitad de la economía estadounidense, pero ya en el año 2014 los alcanzaba y tenían el mismo tamaño ambas economías, pero en el año 2024 será un 50% más grande la economía china que la estadounidense; ¿y ya que falta para el 2024? Prácticamente nada, y considerando los últimos datos macroeconómicos dados a conocer por ambas potencias esta situación más que frenarse tiende a acelerarse aún más y no dudemos que antes del año 2024 la economía china sea ya un 50% más grande que la de EEUU.
Pero con estas guerras estúpidas de Donald Trump, y de sus achichincles, ese proceso se volverá cada vez más veloz y más temprano que tarde los EEUU se convertirán en una economía tercermundista, y caerá inclusive al tercer lugar, superados por la India, Rusia u otro país emergente.
No olvidemos que Rusia es la principal potencia tecnológica en el sector militar, y con esta alianza con China muy posiblemente también se convierta en un importante actor económico a nivel global, pues la simbiosis de ambas economías va a beneficiar a ambos países por igual; y eso es precisamente lo que anda buscando Donald Trump con sus guerritas estúpidas contra China y contra el resto del mundo.
Y son tan cínicos que ahora ya ni lo disimulan y abiertamente amenazan a sus “aliados” con sanciones económicas si no vetan a las empresas chinas, rusas o iraníes; de tal modo que ahora amenazan a muchas empresas del sector gasístico y petrolero europeas con duras sanciones si continúan colaborando con el gobierno ruso y con sus empresas para terminar el gasoducto Nord Stream 2, gasoducto que vendrá a aliviar la economía de Europa al ofrecer combustible a precios mucho más competitivos que los que ofrecen los proveedores estadounidenses y de Medio Oriente; y esto, por supuesto, enfurece a Donald Trump y a sus amos, amos que no son otros que los magnates de la industria petrolera estadounidense, así como los zares de la industria armamentista norteamericana. Y todavía hay tanto tonto por ahí diciendo que Donald Trump lucha contra el establishment, contra el “estado profundo”, cuando el estado profundo es su mero jefe y le dicta lo que tiene que hacer.
Si realmente Donald Trump luchara contra estos poderes buscaría la paz mundial y no la guerra, como es el caso.
¿Y por qué este odio tan visceral contra el gas ruso? Pues simple, porque los estadounidenses no hallan a donde exportar todo el excedente de gas que están produciendo a través de la fracturación hidráulica, o fracking; recordemos que a consecuencia de la guerra comercial ya perdieron a un importantísimo cliente, cliente que no es otro que China. Así es, la fracturación hidráulica además de producir petróleo, también produce gas, y al no haber clientes domésticos para este gas no queda otra opción que quemarlo, pues los almacenes están llenos y no hay clientes internacionales para este gas de esquisto estadounidense. Es por eso que, a toda costa, y cueste lo que cueste, intentan sacar al gas ruso del mercado europeo para que el gas estadounidense ocupe su lugar; pero resulta que el gas producido por EE.UU. es mucho más caro de extraer y, además, también de transportar, que el ruso, pues se tienen que utilizar barcos especiales y técnicas costosas de licuefacción para poderlo trasportar hasta el cliente final.
Así que, utilizan la supuesta “amenaza rusa” para presionar a Europa a dejar de comprar el gas ruso y comprar en su lugar el estadounidense; pero viendo que esta estrategia de la supuesta “amenaza rusa” no les ha funcionado, ahora pasan al chantaje descarado y abierto y amenazan con sanciones económicas a todas aquellas empresas que colaboren en el tendido del gasoducto ruso Nord Stream 2, así como en el del Turk Stream 2.
Ante ello, Alemania ha reaccionado con furia y declara que EE.UU. no tiene ningún derecho a meterse en asuntos de soberanía europea y que lo que están haciendo no es otra cosa que una extorsión descarada y gansteril.
Pero, así como en el caso de Rusia, otro tanto podemos decir en el caso de las empresas chinas, pues no hay base legal para pedir que los países veten a empresas de ese país, más específicamente a Huawei y ZTE, porque de lo que se les acusa, de espionaje, es exactamente lo mismo que hace EEUU a través de sus empresas tecnológicas y de sus agencias de inteligencia, agencias tales como el FBI, la CIA y la Agencia de Seguridad Nacional (NSA). De este modo EEUU no ha tenido otro remedio que descararse completamente y amenazar de manera gansteril a sus supuestos aliados con fuertes sanciones económicas si no excluyen a las empresas chinas de sus mercados internos de telecomunicaciones.
Y es en este panorama que se dan a conocer los últimos datos macroeconómicos con los resultados ya mencionados anteriormente, comprobando con ello que las políticas económicas gansteriles de EEUU no les están sirviendo de nada y que, contrario a sus deseos, los rivales no dejan de crecer mientras que ellos se hunden cada día más.
De esta manera China ha lanzado un llamado internacional para detener estas conductas gansteriles de EEUU y para no acatar sus órdenes, pues no solo son ilegales, sino que, además, los llevarán a la ruina económica (a sus aliados), tal como ya lo estamos viendo en el caso de EEUU, situación que se refleja claramente en el caso de las protestas masivas violentas que están teniendo lugar dentro del territorio de los EEUU.
En este sentido me gustaría hacer mención de lo que declaró recientemente Donald Trump con respecto a que no va a reconocer una eventual derrota en las urnas, generando con ello, en caso que se presente este escenario, un fuerte descontento popular y una situación de crisis política y social, con lo cual las actuales protestas pueden tornarse aún más violentas y extensas. Asimismo, acaba de declarar que él no quiere una votación a través de medios electrónicos a distancia, o por correo ordinario (debido a la actual crisis sanitaria), pues teme un supuesto fraude, generando con ello desde ya una situación de choque entre los partidarios de ambas fuerzas políticas, demócratas y republicanos. Todo un caldo de cultivo para una situación aún más grave de crisis económica.
Ya en un vídeo anterior les había advertido que, de continuar esta guerra comercial de EEUU contra el resto del mundo, y especialmente contra China, al final lo que va a traer es más pobreza a los países occidentales, pues los productos se harán más escasos y, sobre todo, más costosos, además de que comenzarán a quedar desfasados tecnológicamente con respecto a sus contrapartes chinas, rusas y asiáticas en general. Y eso ya se está reflejando en las actuales protestas en EEUU.
Pero, sin embargo, todavía hay mucho ignorante que no para de decir que Donald Trump es el salvador del mundo, o más específicamente, de los EEUU; y si, ya lo estamos viendo, por eso tantas protestas de felicidad en la unión americana.
Como lo vuelvo a repetir, Donald Trump no es más que un títere de los poderes ocultos, de los grandes oligopolios. Si bien este presidente es más cercano a los poderes económicos, de ahí su guerra comercial, la realidad es que sirve a los mismos poderes de siempre; es decir, a la élite oscura, al establishment, al estado profundo.
Solo que dentro de esa élite también hay bandos, y Trump está del lado del bando de la empresa civil, de las grandes tecnológicas estadounidenses. Por eso trata de destruir a toda costa a sus rivales comerciales, rivales como las empresas chinas Huawei y ZTE, así como las empresas petroleras rusas, tal como Gazprom.
Y un dato más para terminar de confirmar esta realidad es el hecho de que tan solo en lo que va del presente año el presidente norteamericano ha autorizado a la Reserva Federal a emitir nueva deuda norteamericana por un monto de más de 6 billones de dólares para salvar a las grandes tecnológicas de Silicon Valley, así como a las petroleras y al sector bancario e inmobiliario estadounidense.
¿Qué hay de aquel Trump que decía que él no iba a utilizar dinero del gobierno para salvar a los grandes millonarios? Simplemente no era verdad y ya vemos que ha utilizado cantidades estratosféricas para rescatar a sus amigos de Silicon Valley, así como a las empresas del sector militar, empresas tales como Boeing, Raytheon y Lockheed Martin. También este dinero ha servido para rescatar a los bancos Goldman Sachs, JP Morgan Stanley, City Group y Bank Of América. Pero para los pobres solo migajas, un misero cheque de 1600 dólares, mientras que a los millonarios les da miles de millones de dólares a cada uno.
Pero recordemos que todos estos grandes bancos y empresas en realidad están unidos entre ellos, pues los accionistas de unos, lo son también de los otros, así como de las empresas del sector petrolero. Además, estas petroleras están apalancadas con estos grandes bancos, pues estos bancos son sus principales acreedores, es decir, sus financistas.
Así que, al rescatar Donald Trump a estas empresas y bancos (y a sus dueños), en realidad está rescatando a sus amigos, o sea, a los mismos de siempre; a esos mismos que se rescataron en la crisis del 2008. Así que de eso de que él está luchando contra el “estado profundo”, no hay nada de nada, y lo que dice solo es un discurso electorero dirigido a la gente mal informada.
Hay analistas financieros reconocidos que están advirtiendo que EEUU se dirige hacia un gran colapso económico derivado de estas políticas económicas dirigidas a rescatar a los ricos y empobrecer aún más a los pobres. Y esta es la verdadera razón del presente “boom” bursátil en Wall Street, pues todo ese nuevo dinero que está imprimiendo la FED se va precisamente a la bolsa de valores. De esta manera todo ese dinero se está utilizando para salvar a todas esas empresas a través de la compra de sus acciones, así como de la compra de su deuda toxica, deuda impagable en otras palabras.
Esto es en realidad lo que está haciendo la Reserva Federal: comprar deuda soberana y deuda corporativa; o sea, deuda del mismo gobierno de los EEUU, deuda representado por sus bonos soberanos, y deuda privada representada por las acciones de esas empresas en quiebra.
En otras palabras, el gobierno de EEUU está comprando irresponsablemente toda la deuda toxica a esas empresas para que estas no quiebren, o más bien para que sus dueños no pierdan dinero; pero también está comprando la deuda toxica de los bancos, es decir, está comprando los créditos otorgados a empresas y personas que no los pueden pagar, tales como créditos estudiantiles, créditos automotrices y créditos hipotecarios; aunque cabe aclarar que eso no significa que desaparezcan estos créditos, sino, más bien, que ahora el acreedor es el mismo gobierno de los EEUU a través de la FED.
Pero lo que es aún más grave, el gobierno de los EEUU está comprando los créditos otorgados a esas empresas que ya están en quiebra técnica, empresas tales como las anteriormente mencionadas. Eso es lo que se llama un rescate bancario, rescate idéntico al realizado en México con el llamado FOBAPROA, rescate que aún no acabamos de pagar los mexicanos.
De esta forma el gobierno se hace con la propiedad de todas esas deudas que los bancos no pudieron cobrar, créditos que otorgaron de manera poco transparente a entidades de dudosa solvencia financiera; y como dice el refrán: en el pecado llevan la penitencia, sin embargo, ahora el gobierno los está rescatando de sus malas prácticas financieras y no están pagando las consecuencias como debería haber sido.
Pero también el gobierno se hace con la propiedad de todas esas empresas en quiebra técnica, empresas que quebraron por una administración irresponsable o porque no pudieron competir en el mercado internacional debido a que no se pudieron adaptar a los nuevos tiempos, caso idéntico a lo sucedido en el 2008 con las empresas automotrices General Motors y Chrysler; empresas que el gobierno salvó y después vendió a una fracción de lo que costó rescatarlas; y por supuesto, se vendieron a los amigos de la administración en turno, exactamente como pasó en México con el rescate bancario conocido como Fobaproa, así como en la venta de las empresas paraestatales, tales como Imevisión (ahora televisión Azteca) y teléfonos de México (ahora Telmex).
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