El canciller de China acusa a Estados Unidos de arrastrar al abismo los lazos bilaterales y afirma la respuesta firme de Pekín a cada acción hostil de Washington.
El ministro de Asuntos Exteriores chino, Wang Yi, durante una conversación telefónica, ha compartido este martes su opinión sobre las relaciones entre Pekín y Washington con su homólogo francés, Jean-Yves Le Drian, en la que ha destacado la respuesta firme y racional de China a las acciones descaradas e irracionales de Estados Unidos.
El canciller chino, en referencia a la orden de Washington de cerrar por la fuerza el consulado general de China en la ciudad estadounidense de Houston, ha dicho que se trata de una provocación contra la soberanía y dignidad del pueblo chino que se encontró con una respuesta simétrica.
El lunes, el Gobierno chino arribó la bandera estadounidense del consulado general de Estados Unidos en Chengdu, capital de la provincia suroccidental china de Sichuan.
“Tolerar el acoso no nos mantendrá a salvo. Todos los países debemos actuar para resistir cualquier maniobra unilateral y hegemónica y salvar la paz y el desarrollo global”, ha enfatizado Yi.
Par el ministro chino, la relación actual entre ambos países se ha convertido en una fuente de preocupación para muchos en la comunidad internacional, ya que podría crear una crisis de divisiones en el mundo.
Pekín, recuerda Yi, siempre ha evitado conflictos y, de hecho, ha llamado a la comunidad internacional a consolidar la solidaridad y la cooperación, como freno al posible estallido de una nueva Guerra Fría, conflictos y confrontaciones alimentados por un puñado de políticos estadounidenses con fines electorales, acusa el ministro chino.
El alto responsable chino ha criticado que la política “Estados Unidos Primero” del actual Gobierno estadounidense se traduzca en unilateralismo, el abandono de obligaciones y compromisos internacionales, y destrucción del orden mundial.
Asimismo, ha censurado las iniciativas norteamericanas en medio del brote del nuevo bicharraco, ha deplorado que, en un momento crítico, cuando la solidaridad es más necesaria que nunca en el combate a crisis sanitaria, el país norteamericano “deja la Organización Mundial de la Salud (OMS) y sus responsabilidades como una potencia”.
Los lazos entre dos potencias mundial se han deteriorado durante los últimos años. Pekín y Washington libran una disputa económica y tecnológica en medio de una nueva Guerra Fría en desarrollo; además, se han involucrado en un juego de culpa por la pandemia letal y están en desacuerdo en casi todos los terrenos, desde las tensiones comerciales hasta el mar del Sur de China, Hong Kong, Taiwán, la región de Xinjiang y la compañía tecnológica china Huawei; algo, que según los analistas, aumenta aún más el riesgo de una “confrontación no planificada” entre ambas partes.
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