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sábado, 11 de julio de 2020

¿Trump, un cáncer para la humanidad? EEUU está desesperado y ya no haya como CONTENER a China y Rusia

¿Trump, malo o bueno para la humanidad? ¿Qué dicen ustedes?

Algunos dirán que bueno, otros que malo, pero eso depende de la perspectiva con que se mire y de los intereses propios de cada quien, e inclusive, también depende de ideologías y simpatías políticas, pero de lo que no hay duda es que este señor ha traído un nuevo paradigma a la humanidad. Y si digo humanidad, lo digo porque lo que él hace afecta a todos, en menor o mayor grado, pero nos afecta.

¿Y por qué afirmo esto? Pues simple, porque él es el presidente de la primera potencia militar del mundo en términos cuantitativos, no así en términos cualitativos, porque ese lugar le corresponde a Rusia.

Me explico: 


Si bien EEUU es el país con el mayor presupuesto militar del planeta y el país con el mayor número de bases militares alrededor del mundo, así como la nación con más agrupaciones navales, e inclusive, el país con más participación en conflictos alrededor del globo, la realidad es que la calidad de armamento está del lado de Rusia. 

Así es, este país, Rusia, es la nación con el mayor avance tecnológico dedicado a la industria militar, pues ellos son los únicos que poseen un caza operativo de sexta generación (el Su-57 y el dron autónomo inteligente Su-70 Ojotnik), mientras que los demás países apenas tienen en la mesa de dibujo sus respectivos proyectos de cazas de sexta generación. Rusia también es el único país en el mundo en disponer de sistemas hipersónicos completos, ya sean misiles de crucero, misiles balísticos o aeronaves autónomas. En fin, que los adelantos tecnológicos de Rusia son apabullantes y únicos en todo el mundo; describirlos a todos sería demasiado largo y eso ameritaría otro vídeo aparte. 

En cuanto a economía, EEUU es actualmente la segunda potencia económica del planeta, la primera es China. 

Pero volviendo con Donald Trupm, este sujeto desde que asumió la presidencia de los EEUU, y aun durante su campaña presidencial, se distinguió por pensar diferente a la corriente política dominante en Washington, pues aparte de no ser realmente un político, sino un empresario, también es partidario de las ideas radicales y patrioteras de su exasesor Steve Banon, un supremacista que abogaba por volver al proteccionismo y al aislamiento internacional; es decir, a la “autosuficiencia”. Este mismo sujeto, Steve Banon, pedía regresar a EEUU a su papel de potencia dominante, situación que disfrutó desde la década de los años 50 después de que las principales potencias del mundo se desgastasen durante la segunda guerra mundial dejándole a EEUU el camino libre para erigirse como principal potencia mundial hegemónica hasta la llegada de la Unión soviética, o más bien, hasta la recuperación de la Unión Soviética, pues fue la única fuerza militar en el mundo que se constituyó en un contrapeso a la política imperialista y expansionista de los estadounidenses. 

Pero luego de años de promover el globalismo con la intención de afianzar más ese imperialismo, ahora los norteamericanos quieren todo lo contrario, es decir, volver al proteccionismo y a las fronteras cerradas, excepto con algunos países “amigos”. 

¿Por qué este cambio de actitud luego de ser los más feroces defensores del libre mercado y la globalización, situación que equiparaban incluso con la “defensa de la democracia”? Pues simple, porque ahora los demás países aprendieron a jugar su juego y eso ya no les gustó, pues no solo los alcanzaron, sino que los superaron. 

Ya saben todos quienes son esos países que se han constituido en contrapeso a las políticas expansionistas y depredadores de EEUU. Países que no solo han aprendido a jugar su juego, sino que ahora se han vuelto unos maestros en ejecutarlo. Estos países son principalmente Rusia y china, uno en el campo militar, y el otro en el campo económico. 

Ese es un cambio que se hizo evidente a partir de la década de los años 2000, y que se afianzó definitivamente en la década del 2010, coincidiendo con la elección de Donald Trump como presidente de los EEUU. 

De esta manera ahora los estadounidenses quieren volver a cambiar las reglas del juego y regresar un siglo atrás, justo cuando la economía del mundo se caracterizaba por ser de mercados cerrados y de una economía proteccionista. Pero como dice el refrán, el destino ya los alcanzó y ahora por más que pataleen nadie los salvará de su destino. 

Así es, EEUU está dando patadas de ahogado, pero el destino ya les alcanzó; ahora la nueva súper potencia es China. China por el momento es la superpotencia económica del mundo, pero al paso que va puede incluso desplazar a Rusia del primer lugar como potencia militar del mundo y enviar a EEUU a un tercer o cuarto lugar. 

Aunque si bien, ser la primera potencia económica del mundo les puede ayudar mucho, el volverse primera potencia militar del mundo les llevará más tiempo que el que les costó alcanzar a EEUU como primera potencia económica del globo. 

Aunque en este sentido, la presión que está ejerciendo EEUU tanto contra Rusia, como contra China, puede llevar a estas dos últimas potencias a estrechar lazos y apoyarse mutuamente para anular la amenaza que representa EEUU; y es en este escenario que China podría volverse rápidamente tanto la primera potencia económica del mundo, como la primera potencia militar, y esto gracias a la ayuda de Rusia. 

Así es, Rusia podría aumentar la cooperación con China en la esfera militar y proporcionarle las más nuevas tecnologías para que este país pueda superar definitivamente a EEUU en el plano militar. Y eso no duden que será precisamente lo que va a pasar. 

¿Pero qué papel desempeña Donald Trump en todo este escenario? 

Trump, como ya dije, sigue una agenda supremacista y patriotera, y es por eso que intenta a toda costa parar el progreso de china, y es que, a fin de cuentas, si bien el aspecto militar es muy importante, lo es aún más el tema económico, por eso es que Trump quiere detener el desarrollo tecnológico de China a como dé lugar, poniendo tantas trabas como cuanto más pueda. 

Y es en este aspecto que debemos entender la “guerra comercial” emprendida por Donald Trump contra China; guerra que ha pasado de lo comercial a lo económico y tecnológico, con amenaza de convertirse en un conflicto armado total. 

Y como en el campo militar, Rusia también puede convertirse en proveedor de tecnología civil para China en sustitución de EEUU y los aliados de este. 

Así es, como sabrán, Trump ha vetado a la empresa tecnológica Huawei, y algunas otras, como ZTE, del mercado norteamericano. Asimismo, ha prohibido toda cooperación de empresas estadounidenses con estas empresas chinas, de tal manera que ahora ha prohibido vender tecnología norteamericana a estas empresas, ya sea como parte de componentes, o como parte de procesos de producción, o directamente las patentes. Es decir, Trump ha impedido a estas empresas chinas el acceso a cualquier tecnología de origen estadounidense. Es así como Huawei ha dejado de utilizar el sistema operativo Android, así como microchips con tecnología de origen estadounidense. 

Esto, por supuesto, ha representado un grave problema para Huawei, pues el sistema operativo Android es el más utilizado en el mundo en dispositivos móviles, pero Huawei ha logrado subsanar ese problema mediante su propio sistema operativo Harmony O-S, y a través de su propia tienda de aplicaciones; Aunque, en realidad, Huawei puede seguir utilizando Android, el llamado Android Open Source, o de código abierto, solo que ya no puede utilizar las aplicaciones de Google, pero esta deficiencia se puede solventar gracias a las aplicaciones de terceros proveedores. 

Pero tampoco olvidemos que el mercado chino es el principal mercado para Huawei, y en este país tiene poca trascendencia, sino que nula, Android; es más, el sistema operativo de Huawei es el principal sistema operativo en China.  Así que, este tema no es un grave problema para Huawei. Pero lo que sí es grave es la imposibilidad de acceder a procesadores de origen estadounidense, o que utilicen tecnología de este país, es por eso que Huawei antes de que se aplicase este veto compró millones de procesadores para equipar sus dispositivos, de tal manera que ahora tiene un stock hasta para dos años, tiempo suficiente para encontrar nuevos proveedores, o desarrollar ellos mismos la tecnología de fabricación de Microchips. 

Y no dudemos, ni por un minuto, que eventualmente esto es precisamente lo que pasará, es decir, que china desarrollará su propia tecnología de microchips, así como todas las demás tecnologías que han sido afectadas por el veto estadounidense. Y es aquí donde Rusia puede, y seguramente lo hará, desempeñar un papel trascendente, pues este país puede convertirse en proveedor principal de tecnología para china. 

Así es, china con la ayuda de Rusia logrará sustituir toda la tecnología estadounidense en sus dispositivos y procesos de fabricación; no olvidemos que la extinta Unión Soviética era completamente autosuficiente en tecnología, situación que volverá a pasar, pero ahora con China, y aún con la misma Rusia. 

Por mientras, Huawei ha sacado al mercado chino una computadora con tecnología completamente propietaria; es decir, que tanto la tarjeta madre, como los procesadores lógicos y procesadores gráficos, así como la memoria y sistema operativo, son propiedad de Huawei; o sea, es tecnología completamente desarrollada por la empresa china. 

La ciencia rusa es la más avanzada del mundo, y si combinamos esto con la potencia económica de china, el resultado va a ser apabullante para los demás países. 

Y este es el antídoto perfecto contra la política imperialista e intervencionista estadounidense; intervencionismo que lo vemos reflejado muy claramente en el caso de Hong Kong y Taiwán, dos territorios chinos donde EEUU mete sus narizotas para tratar de desestabilizar al Gigante asiático, y eso de que les preocupa el bienestar de los hongkoneses y taiwaneses es pura falacia y lo que realmente les preocupa es el despertar del dragón asiático. Cuando estos dos territorios eran colonias europeas nadie ahí hablaba de “democracia”, allí las autoridades eran impuestas directamente desde Londres, Ámsterdam, Madrid y Lisboa, así como desde Japón cuando Taiwán fue colonia japonesa. Pero eso se le olvida a la gente y solo van por ahí como borregos repitiendo lo que los medios occidentales de desinformación les dicen. 

Y hablando de Japón, este país ha sido sometido ideológicamente desde la derrota en la segunda guerra mundial, pues desde entonces se han convertido en súbditos de Washington, salvando inclusive al Dólar a través del endeudamiento del país y de la subordinación de la política económica y monetaria a los dictados de EEUU. 

Así es, EEUU no salvó a Japón de la ruina económica, ni a Europa; en realidad ellos eran potencias económicas e industriales aun antes de las dos guerras mundiales promovidas por Washington, solo que después de estos dos conflictos sus economías e industria quedaron totalmente devastadas, situación que aprovechó EEUU para erigirse como potencia militar y económica hegemónica, pero no fue realmente EEUU quien los ayudó a salir de la crisis, en realidad fueron ellos mismos y a EEUU no le deben nada, sin embargo, esto no lo entienden sus líderes políticos y continúan besándole los pies a los norteamericanos. 

Situación diametralmente opuesta a China y Rusia, y algunos otros países, como Irán, Corea del norte y Venezuela, países que no se han dejado mangonear por EEUU y que mantienen una política internacional independiente. Es por esto que estos países se han convertido en los principales obstáculos a los intereses imperialistas de EEUU y, por lo tanto, en sus principales enemigos. No por nada la prensa internacional alineada a Washington no se cansa de tildarlos de “regímenes”, “dictaduras” y “comunistas”; todas puras mentiras que los borregos se las creen. Pues como ya dije, si hay algún país defensor del libre mercado, ese es China. 

Es por esto que Donald Trump emprendió esta guerra económica y tecnológica contra China, pues les asusta el avance del país asiático. Y como dice el refrán: en el amor y la guerra todo se vale; y es así como EEUU ha utilizado todos los recursos y medios a su disposición para tratar de detener el desarrollo industrial, científico y tecnológico de China y Rusia, aunque por el momento el país que más les preocupa es China. 

Por eso es que no han escatimado recursos a la hora de castigar a China, llegando incluso al chantaje para tratar que otros países rompan relaciones comerciales y económicas con el Gigante asiático. Es así como han amenazado a esos países con sanciones económicas si colaboran con China o con sus empresas, o si compran productos de este país; tal es el caso de la empresa Huawei y ZTE, empresas que han sido vetadas en EEUU y que Washington trata sean también vetadas en el resto del mundo, amenazando con romper toda colaboración de inteligencia con todo país que instale redes de comunicación con tecnología de la empresa Huawei o de ZTE, pretextando supuesto espionaje por parte de las empresas chinas cuando el principal espía son precisamente el gobierno norteamericano y las agencias de inteligencia de ese país, espionaje que llevan acabo utilizando para ello a las empresas estadounidenses de tecnología, empresas tales como Microsoft, Intel, Google, Facebook, Apple, etcétera. No olvidemos que los principales líderes políticos del mundo han sido espiados por EEUU a través de sus dispositivos móviles de origen estadounidense, así como de países satélite de EEUU, tales como Corea del sur con sus empresas Samsung y LG. Este es uno de los motivos del por qué el veto a Huawei: porque esta empresa se negó a permitir que sus dispositivos sirvieran para el espionaje de la CIA, el FBI y la Agencia de Seguridad Nacional (NSA); Huawei les negó el acceso a sus códigos de encriptación. 

Pero EEUU también exige que todos los países amigos, léase súbditos, veten a estas empresas chinas en sus respectivos países. Por mientras ya lograron que el Reino unido les haga caso; pero anteriormente ya lo habían hecho países como Australia, Canadá, Nueva Zelanda, Japón, etcétera. 

En el caso de Rusia, EE.UU. amenaza con sanciones económicas a cualquier país que compre armamento de origen ruso; esto lo han expresado abiertamente en el caso de Turquía, Catar, Vietnam, México, India, Argelia y Myanmar. A estos países Washington ha amenazado con sanciones económicas y políticas si compran aviones caza Su-57, Su-35, Mig-35, o sistemas antiaéreos S-300 o S-400. En el caso de México, las amenazas fueron con respecto a la posible compra de helicópteros de combate de fabricación rusa. 

Resumiendo 

Como dije al principio, Donald Trump por el momento está más interesado en el aspecto económico que en el aspecto militar, y eso lo dejó muy claro durante sus eventos de campaña por la presidencia de los EEUU; entonces decía que él quería regresar a EE.UU. a los soldados desplazados a Afganistán, así como a otros países, países como Siria e Irak. Entonces él comentaba que EEUU no era el policía del mundo y que los demás países tenían que resolver sus problemas por sí solos; y si bien no ha ampliado las guerras donde participa EEUU, y tampoco ha comenzado nuevas guerras, la realidad es que sus promesas de campaña no las ha cumplido, porque no solo no ha sacado a sus soldados de Afganistán, sino que tampoco lo ha hecho de Siria o Irak, e inclusive los ha devuelto, como en el caso de Siria, soldados gringos que supuestamente volvieron al país levantino a proteger los pozos petroleros de las manos de los extremistas, pero ya sabemos que eso es mentira y lo que realmente buscan es apropiarse de esos recursos naturales, razón principal por la que iniciaron la guerra en Siria e Irak. 

Pero como lo vuelvo a repetir, aparentemente con Trump el mundo es menos peligroso, si hablamos de guerras armadas, pero en cambio sí se ha vuelto más peligroso en el campo económico y comercial, situación que bien puede desembocar en un conflicto militar global. 

Es en este sentido que quiero hacer mención de la actitud tomada por Donald Trump cuando Irán le derribó un dron pesado de ataque; entonces el presidente norteamericano se limitó a decir que la actitud tomada por las autoridades de Irán fue la más sabia al no derribar otro avión que acompañaba al dron y que iba cargado de militares norteamericanos. 

También podemos mencionar el caso cuando Irán bombardeó dos bases aéreas de EEUU en Irak, situación que se saldó con al menos 120 militares lesionados, aunque dice Teherán que, en realidad, fallecieron 80 soldados estadounidenses. Entonces Donald Trump tomó una actitud de serenidad y no llevó a cabo ninguna represalia. 

Y finalmente, tenemos el caso de los buques petroleros iraníes que llevaron gasolina Venezuela, pues pese a que Donald Trump amenazó con detenerlos, finalmente no hizo nada y dejó que los barcos descargasen su combustible en el país latinoamericano y regresasen a salvo a su país. 

Estos tres eventos son de destacarse, y son situaciones que confirman la actitud tomada por Donald Trump en el sentido de distender toda posible situación de conflicto armado con una potencia militar extranjera importante. 

Aunque, como lo vuelvo a repetir, si bien por el momento a Donald Trump le interesa más la economía, la realidad es que las actitudes tomadas contra China y Rusia en esta esfera pueden desencadenar finalmente un conflicto armado de alcance global. Y quizá eso es precisamente lo que pretende, o lo que pretenden, los que gobiernan detrás de bambalinas. 

Por todo esto la pregunta es: ¿Qué es mejor, que Donald Trump deje el poder, o que, por el contrario, vuelva a ser reelegido para otro periodo presidencial? 

En lo personal creo que ambos escenarios son muy preocupantes, pues si, por un lado, se queda, esto solo agravará la guerra comercial y eso traerá consecuencias muy graves para el ciudadano común, pues no solo hará los productos más caros, sino que habrá menos de donde elegir y, por consiguiente, habrá un atraso tecnológico generalizado, principalmente en los países occidentales. 

Pero por el otro lado, si se va, muy probablemente el que lo sustituya será un guerrerista declarado, y eso puede orillar al mundo a una tercera guerra mundial, o al menos a un escenario de guerras regionales y focalizadas, pero serán muchas, y esto con el único objetivo de incentivar la producción industrial, más específicamente, la producción militar industrial, sobre todo la de EEUU. 

Y es que no olvidemos que la industria militar de EEUU está en un periodo de vacas flacas debido a que los conflictos militares alrededor del planeta han disminuido con la llegada de Donald Trump, además de que ya llevan muchos años sin una gran guerra que los reviva. Recordemos que las principales empresas armamentistas de EEUU, como la Boeing, están en banca rota. Asimismo, la industria petrolera del país norteamericano también está en quiebra técnica y solo los salva la enorme inyección de dinero que les está haciendo la Reserva Federal. 

Así que, una guerra importante vendría a revivir ambas industrias, razón por la cual temo que, si se va Trump, el que lo sustituya será un guerrerista empedernido. 

Pero, por el otro lado, si se queda, la guerra comercial y tecnológica seguirá agravándose y los platos rotos los pagaremos los ciudadanos de a pie; entonces olvidémonos de los televisores baratos, de los celulares accesibles, o de los automóviles económicos. En fin, que los productos eléctricos y electrónicos en general sufrirán una carestía y un aumento brutal de precios. Ese es el costo a pagar por una economía como la que quiere Donald Trump, es decir, una economía proteccionista y cerrada. 

Lo irónico del asunto es que ahora es China el adalid del libre mercado y del libre comercio, es decir, del capitalismo duro, mientras que EEUU ahora es el defensor del proteccionismo y de los mercados cerrados; o en otras palabras, ahora EEUU es el defensor del atraso tecnológico. Los gringos perdieron el juego y ahora quieren volver a cambiar las reglas, pero esperemos que la razón triunfe y los ciudadanos ganemos.

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