"La lógica de la guerra es inexorable y letal. Y da cuentas duras a los autores y cómplices", escribió en sus redes Mijaíl Podoliak.
"Una noche explosiva en Irán: producción de drones y cohetes, refinación de petróleo. Y eso que Ucrania lo había advertido", prosiguió.
En el mismo sentido se expresó el representante de la Cancillería de Ucrania, sin embargo, no confirmó una relación directa entre los ataques contra la infraestructura militar iraní y Kiev.
"Ucrania ha advertido repetidamente a Irán que las consecuencias de apoyar la agresión contra Ucrania serán mucho mayores que los beneficios de la cooperación con Rusia. Desconocemos la causa de las explosiones en las instalaciones iraníes", expresó a través de un mensaje en las redes.
La noche del 29 de enero por la noche, la agencia de noticias IRNA informó que se había producido una gran explosión en la ciudad de Isfahan, en el centro de Irán. Posteriormente, el Ministerio de Defensa del país declaró que el 28 de enero se había producido un ataque fallido de drones contra uno de sus centros. Según el organismo castrense, un dron fue derribado y otros dos impactaron contra trampas defensivas y explotaron. Nadie resultó herido en el ataque y se produjeron daños materiales menores. Sin embargo, la declaración no especificaba al responsable del ataque.
Medios como Al Arabiya y el canal iraní Al Haddath presentaron reportes que vinculan el ataque con las fuerzas de seguridad de Israel, aunque dicha información no estaba confirmada.
En varios medios también circularon rumores sobre la supuesta participación de Estados Unidos en el ataque, pero el Pentágono declaró a través de su vocero Patrick Ryder que sus fuerzas militares no participaron en la agresión.
Por su parte, medios como The Wall Street Journal sostienen que funcionarios estadounidenses consideran que Israel fue el responsable de organizar el ataque, al margen de las amenazas que ha hecho en contra del programa nuclear de Irán.
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