Rusia y Estados Unidos siguen teniendo vastos arsenales de armas nucleares, que actualmente están parcialmente limitados por el Nuevo Tratado de Reducción de Armas Estratégicas ruso-estadounidense (START III, por sus siglas en inglés).
El viceministro de Asuntos Exteriores de Rusia, Serguéi Riabkov, en declaraciones a la agencia estatal de noticias RIA, ha subrayado que es “un escenario bastante posible” que no exista tal tratado más allá de 2026.
El principal diplomático de control de armas de Rusia también ha acusado a Estados Unidos de ignorar en los últimos años los intereses de Rusia y desmantelar la mayor parte de la arquitectura del control de armamento. “El Nuevo START puede ser víctima de ello. Estamos listos para tal escenario”, ha subrayado el vicecanciller ruso.
El START fue firmado en 1991 por los entonces presidentes de Estados Unidos y la antigua Unión Soviética, George H.W. Bush y Mijail Gorbachov, respectivamente, prohibiendo a ambos países desplegar más de 6000 ojivas nucleares sobre un total de 1600 misiles balísticos intercontinentales (ICBM, por sus siglas en inglés) y bombarderos. En enero de 1993, Bush y el entonces presidente ruso Boris Yeltsin, firmaron el START II, pero fracasó y nunca entró en vigor.
El START III o Nuevo START, es un acuerdo firmado por el expresidente de Estados Unidos Barack Obama y su entonces par de Rusia, Dmitri Medvédev, el 8 de abril de 2010. Este pacto se renovó en 2021 por el presidente estadounidense, Joe Biden, y su homólogo ruso, Vladímir Putin, y está previsto que tenga vigencia hasta el 5 de febrero de 2026. El Nuevo START limitaba a ambas partes a 1550 ojivas en misiles balísticos intercontinentales desplegados, misiles balísticos submarinos y bombarderos pesados.
“Toda la situación en el ámbito de la seguridad, incluido el control de armamentos, ha sido tomada como rehén por la línea estadounidense de infligir una derrota estratégica a Rusia”, ha denunciado Riabkov, para luego recalcar que “Nos opondremos a ello de la forma más enérgica posible utilizando todos los métodos y medios a nuestro alcance”.
Las declaraciones de Riabkov constituyeron una advertencia a Estados Unidos de que su continuo apoyo militar a Ucrania podría arruinar el último tratado bilateral importante de control de armas posterior a la Guerra Fría con Rusia.
Desde el inicio de la operación militar rusa en Ucrania el 24 de febrero de 2022, EE.UU. ha proporcionado más de 27 mil millones de dólares en asistencia de seguridad a la exrepública soviética, incluidos más de 1600 sistemas de cohetes antiaéreos Stinger, 8500 sistemas de misiles antitanque Javelin y más de 1 millón de proyectiles de artillería de 155 mm.
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