En EEUU, el importe de la deuda pública está limitado por ley. Actualmente, ha alcanzado los 31,4 billones de dólares. Corresponde al Congreso estadounidense elevar el techo de la deuda nacional, pero este año esta cuestión se convirtió en moneda de cambio entre republicanos y demócratas.
El partido republicano, con mayoría en la Cámara de Representantes, puso una condición: votará a favor de elevar el techo si el Gobierno demócrata acepta recortes significativos en el gasto presupuestario. En concreto, propone recortar los créditos fiscales para la compra de coches eléctricos y la instalación de paneles solares, así como reducir el gasto público en el reembolso de préstamos educativos. Para los demócratas, si quieren ganar las elecciones presidenciales de 2024, estas condiciones son inaceptables.
No hay razones económicas para un impago o que impidan elevar el techo de la deuda pública, pero sí hay razones políticas, afirmó a Sputnik el profesor de la Escuela Superior de Economía rusa y politólogo, Dmitri Evstáfiev.
"La moneda de cambio en las negociaciones entre republicanos y demócratas sobre el aumento del techo de la deuda pública consiste en que la mayoría republicana de la Cámara de Representantes de EEUU quiere sacar de la sombra a la Administración Biden", comentó el analista. En este sentido, explicó que en los últimos años una parte importante de las decisiones económicas de la Administración estadounidense se tomó sin consultar al Congreso, "en la sombra". Entonces, prosiguió, los republicanos pillan a la Administración Biden y al Tesoro Federal, así como al Departamento de Estado y al Departamento de Defensa, "violando la ley estadounidense".
Así, el experto estimo un 7% u 8% de posibilidades de default en Washington, pero no lo descarta del todo porque "un impago puede ser usado como un arma financiera capaz de desencadenar una crisis económica en los principales competidores de EEUU a medida que aumentan las tensiones políticas".
"Ahora es el mejor momento para ello. Del mismo modo que una guerra cancela todas las deudas, es mucho más fácil y políticamente más legítimo hacerlo en un contexto de crecientes tensiones militares y políticas mundiales", indicó.
Asimismo, EEUU podría utilizar un default para influir en otros países, sugirió el profesor asociado de Teoría Económica de la Universidad Financiera dependiente del Gobierno ruso, Vladímir Skalkin.
"A pesar de la enorme cifra de deuda de 31,4 billones de dólares, la deuda externa es solo de siete billones. (...) La llegada del 1 de junio, cuando debería declararse el impago, no significa que haya que pagar toda la deuda a la vez. Técnicamente, se tardará un mes. Hay 11 pagos de esta deuda, que suman un billón de dólares de principal y 13.600 millones de intereses. Pero puede que a algunos se pague y a otros no", detalló.
En consecuencia, continuó, algunos países —sobre los que Washington querrá tener un impacto geopolítico— pueden ser las víctimas de este impago. En este sentido, el analista recordó que hace un año, EEUU congeló activos rusos. Tras intentarlo con Moscú, Washington se dio cuenta de que puede utilizar esta herramienta "para presionar también a otros países".
Aun así, lo principal para EEUU es no dejar que se ciernan dudas sobre la sostenibilidad de su economía, opinó el economista Mijaíl Beliáev.
"Si se produce un impago, a EEUU le resultará más difícil obtener préstamos porque se pondrá en duda la fiabilidad y la falta de alternativas a estas inversiones. En este caso, los depositantes invertirán no solo en títulos estadounidenses, sino también en otros, por ejemplo, chinos, árabes, etc.", expresó. Así que, en las palabras del experto, lo principal para Washington es no dejar que surjan dudas sobre la sostenibilidad de la economía y la deuda estadounidenses.
Por ello, Beliáev considera que la probabilidad de default es baja porque hay muchas herramientas para evitarlo.
"Primero, se puede invocar la enmienda del artículo 14 de la Constitución, que indica que la deuda estadounidense no puede ponerse en entredicho. Segundo, la Reserva Federal podría duplicar fácilmente su balance y comprar toda la deuda externa, poniendo fin a esta historia", resumió.
Este 24 de mayo, el presidente de la Cámara de Representantes de EEUU, Kevin McCarthy, reconoció que los republicanos y la Casa Blanca todavía mantienen fuertes discrepancias sobre el aumento del límite de deuda pública solicitado por el Gobierno de Joe Biden. El alto funcionario espera negociar con el presidente diariamente hasta que se llegue a un acuerdo.
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