La canciller argentina, Diana Mondino, volvió a mostrarse contraria a mantener un vínculo fluido con China durante su gira de los últimos días por países asiáticos. Entrevistada por el medio japonés Nikkei durante su estadía en Tokyo, la titular de Relaciones Exteriores argentina aseguró que no promoverá el comercio con el gigante asiático y puso en duda sus beneficios económicos para el país sudamericano.
"Son únicamente las empresas privadas las que compran y venden con las empresas chinas", dijo Mondino, remarcando que el Gobierno argentino "no debería interferir, como se hizo en el pasado con el Gobierno anterior, decidiendo a quién comprar, qué comprar y a qué precio".
"No hay mucho que ganar para nosotros trabajando junto a países que no son democracias liberales", añadió la canciller, que explicitó sus diferencias con los miembros de los BRICS.
Además de calificar el bloque fundado por Rusia, Brasil, India, China y Sudáfrica como una "relación más política" que comercial, también consideró "exagerado" el concepto de sur global defendido por Brasil y otras potencias de los BRICS como India.
Carla Oliva, analista internacional y coordinadora del Grupo de Estudio sobre China y Argentina (GEchinA) de la Universidad Nacional de Rosario, dijo a Sputnik que las declaraciones de Mondino pueden enmarcarse en la intención del Gobierno de Javier Milei de "sostener una relación lo más liviana posible" con el gigante asiático.
"Podemos ver que, ya desde la campaña electoral, en la relación con China prima lo valorativo, en el sentido de que se hacen alusiones al sistema político chino. Va en línea con la idea de mantener un vínculo más estrecho con EEUU e ir alejándose de China", advirtió la experta.
Oliva remarcó que "la opción geopolítica" de Milei en favor de Washington "está clara" y, "en un contexto de competencia hegemónica entre EEUU y China", esa opción hace que el país sudamericano se aleje cada vez más de Pekín, sintetizó.
De todas maneras, la experta consideró que Mondino incurre en un error cuando intenta restringir el vínculo con Pekín únicamente al sector privado. En ese sentido, apuntó que en el comercio bilateral "claramente el Estado acompaña y trabaja mucho junto a los privados", debido a la importancia que ese intercambio tiene, por ejemplo, para la generación de divisas para el país.
"El sector público tiene mucho para hacer y cumple un rol muy importante en el comercio bilateral con cualquier socio comercial y en el caso de China también, sin lugar a dudas", enfatizó.
Oliva señaló además que la participación del Gobierno argentino en la relación con China también es clave para otra arista del vínculo bilateral: la captación de inversiones chinas en Argentina y el desarrollo de proyectos de infraestructura en los que el país asiático es actor principal.
Una China que "responde"
Para la experta, la acumulación de gestos negativos hacia China puede comenzar, paulatinamente, a generar respuestas por parte del país asiático, a pesar de que su diplomacia suele ser "históricamente cautelosa".
"Hay que tener en cuenta que la China potencia que vemos desde los últimos años, especialmente desde el Gobierno de Xi Jinping, es una China asertiva, una China que responde, de forma simétrica o asimétrica, dependiendo del tema que se trate", explicó.
Según la analista, la posibilidad de una mayor respuesta de China se incrementa en la medida que el Gobierno argentino da marcha atrás en proyectos que ambos países ya tenían firmados, como las represas hidroeléctricas sobre el río Santa Cruz que Argentina puso en suspenso u otras inversiones chinas que ahora tienen destino incierto.
"China va a responder porque sirve de ejemplo para el resto de los países que no cumplan los acuerdos firmados o decidan dilatar este tipo de convenios", apuntó, remarcando que este tipo de situaciones se enmarcan dentro de "una cuestión más estructural que es la disputa entre China y EEUU".
Si bien las comunicaciones oficiales de China hacia el Gobierno de Milei han sido cautas, Pekín ha tomado nota del enfriamiento de las relaciones con decisiones como no ampliar el swap de monedas acordado con Argentina. El 22 de marzo, la Embajada de China en Argentina debió manifestarse explícitamente para desmentir comentarios del vocero presidencial argentino, Manuel Adorni, que había acusado a China de enviar "con cierto atraso" camiones con una supuesta ayuda para combatir el COVID-19.
Eso se suma a molestias que China había expresado a Argentina, aunque de forma más sutil, en ocasiones anteriores, como cuando trascendió un encuentro de Mondino con representantes de Taiwán. Oliva recordó que esos contactos tocan "una fibra muy sensible de la diplomacia china" y siempre obligará a la potencia de Asia a recordar su defensa del Principio de Una Sola China, pilar fundamental de su política exterior.
En lo comercial, Oliva consideró que una posible respuesta china podría estar en "reforzar las compras de algún competidor de Argentina" en exportaciones, algo viable en relación con la política china de "abastecerse de varios socios comerciales y no depender de ningún socio comercial en particular".
"Si hay algo que podemos aprender de la inserción internacional de China es que es planificada, extremadamente inteligente y estratégica", sintetizó la experta, con relación a que cada paso que dé el gigante asiático en respuesta a la postura argentina no será intempestivo.
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