Un dato crucial proviene de fuentes griegas, las cuales aseveran que sus F-16 han experimentado una depreciación del 60%, un dato que amerita un análisis detallado.
en Zona de guerraFuentes griegas sugieren negociaciones para transferir cazas F-16 a Ucrania, potenciando así la cooperación militar bilateral.
En el contexto del rearme a gran escala emprendido por Grecia, que incluye la adquisición de 20 aviones F-35, la modernización de sus F-16 Block 52 + a la configuración Viper, y la consideración de sumar cazas Rafale franceses a su arsenal, el Ministerio de Defensa heleno ha anunciado su intención de prescindir de los componentes más antiguos de su flota aérea.
Este desprendimiento abarca a los F-16 Block 30, los Mirage 2000-5, y los F-4 Phantom. Un análisis detallado revela que el plan de desinversión incluye 108 aeronaves de combate: 32 unidades del F-16C/D Block 30, 24 unidades del Mirage 2000-5 Mk.
2, y 33 unidades del F-4E PI2000. Sorprendentemente, se proyecta que la venta de estos activos generará ingresos en el rango de 2.000 a 2.500 millones de euros, aunque esta expectativa puede ser excesivamente optimista.
En particular, encontrar compradores para el F-4 Phantom puede representar un desafío considerable, dada su tecnología datada. En la actualidad, las fuerzas aéreas de solo tres países – Turquía, Corea del Sur (que está en proceso de retirarlos), e Irán – siguen operando este modelo.
El Mirage 2000-5, por otro lado, podría captar el interés de la India, dada su experiencia previa con cazas de características similares. Además, este modelo aún presta servicio en las fuerzas aéreas de Egipto, Taiwán y los Emiratos Árabes Unidos, lo que potencialmente amplía el mercado.
Por otro lado, en lo que respecta a los F-16, se ha especulado en publicaciones militares de Grecia sobre el posible interés de Ucrania en adquirir estas aeronaves.
Retos y estrategias para la renovación de la flota aérea griega
Respecto al F-16 Block 30, estos cazas fueron originalmente seleccionados por Grecia para reemplazar al F-5A en 1984, con un costo proyectado inicial de 940 millones de dólares.
Sin embargo, tras un proceso de licitación competitivo, el desembolso final se ajustó a 659 millones de dólares, mientras que los costos asociados a la coproducción se estimaron en 240 millones de dólares.
Entre 1989 y 1990, Grecia incorporó a su arsenal 34 unidades del F-16C monoplaza y 6 del F-16D biplaza, todos nuevos. A mediados de los 90, estos aviones fueron objeto de un extensivo programa de actualización conocido como “Falcon-Up”, destinado a rejuvenecer su capacidad operativa.
Este programa incluyó la sustitución de cuatro componentes estructurales clave del fuselaje, duplicando la vida útil estimada de las aeronaves de 4.000 a 8.000 horas. Dicha iniciativa fue llevada a cabo por la Industria Aeroespacial Helénica.
Adicionalmente, la flota de F-16 Block 30 fue enriquecida con 24 sistemas LANTIRN, habilitándolos para el empleo de munición de precisión en operaciones contra objetivos terrestres. Se contempló una futura actualización de estos cazas para incorporar el sistema RB ASPIS, así como la estación de interferencia A-L-Q-187 I-DIAS, ampliando aún más sus capacidades operativas.
Comparación técnica: La superioridad del F-16 Block 30 griego
Al comparar los F-16 operados por Grecia con los de naciones como los Países Bajos, Dinamarca, Bélgica o Noruega, se evidencia que la flota helénica se beneficia de una configuración inicial más avanzada.
En contraste con el Bloque 15 empleado por estos países, Grecia dispone del Bloque 30, distinguiéndose primordialmente por la incorporación del radar AN/A-P-G-68, [a partir del bloque 25], superior al AN/A-P-G-66 de versiones anteriores.
A pesar de ello, es importante señalar que todos estos cazas han sido objeto de actualizaciones significativas, como Falcon-Up, y, M-L-U, que han homogeneizado sus capacidades a un estándar elevado.
La temporalidad de producción de estos aviones sigue siendo una incógnita pendiente de aclaración específica para el modelo F-16 europeo. No obstante, cualquier variación en este aspecto tendería a ser mínima, posiblemente de solo unos años, lo cual sitúa a los aviones griegos en una posición ligeramente ventajosa por su menor antigüedad.
Un dato crucial proviene de fuentes griegas, las cuales aseveran que sus F-16 han experimentado una depreciación del 60%, un dato que amerita un análisis detallado.
Valoración y proyecciones financieras de los F-16 griegos
El entendimiento del valor de mercado de los F-16 usados por Grecia se puede extrapolar de transacciones recientes, como la venta de Dinamarca a Argentina de 24 cazas por un precio unitario de 14 millones de dólares, sumando un total de 338 millones de dólares por el lote.
Aplicando esta referencia al caso griego, el valor total para su número de F-16 ascendería a aproximadamente 448 millones de dólares. Aunque el optimismo prevalece en Atenas, esta valoración podría tener un carácter especulativo.
No obstante, una renovación de la capacidad de combate aéreo griega mediante estos aparatos podría posibilitar un ahorro significativo en futuras adquisiciones de material bélico estadounidense, incluido el ambicionado F-35.
La preocupación por el calendario de modernización es palpable. El programa de renovación militar griego se extiende hasta el 2030, con los primeros F-35 previstos para su entrega no antes del 2028.
Los términos exactos para la actualización de los F-16 Block 52 + a la configuración Viper permanecen aún sin definir. Sin embargo, una certeza emerge: cualquier potencial financiero o descuento en la compra de los F-35 a través de la venta o trueque de los F-16 usados es un horizonte que probablemente no se materializará hasta finales de esta década.
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