Correlación ni implica causalidad y muchos os preguntaréis que pinta el nombre de un presidente de los EEUU que gobernó hace más de 40 años.
La respuesta la tenéis en el gráfico.
Nixon fue el hombre que acabó por sepultar cualquier tipo de relación de las divisas fiat con el oro. Liquidando, el 15 de agosto de 1971, la convertibilidad del dólar con el oro y matando de un disparo en la nuca el acuerdo de Bretón Woods.
Asesorado por Milton Friedman, Nixon optó por dejar flotar libremente al dólar y eliminar la convertibilidad del dólar en oro dado que la divisa internacional valía por el propio respaldo que ofrecía el gobierno de Estados Unidos, locomotora económica mundial. Cambió la garantía en oro que respaldaba directamente el valor dólar e indirectamente al resto de divisas mundiales que estaban atadas al dólar con un tipo fijo por la simple fe ciega.
El objetivo perseguido devaluar el dólar y romper todas las cadenas monetarias con la adopción del actual esquema de dinero fiduciario, es decir no respaldado por ningún tipo de garantía y que puede ser creado a voluntad de los Bancos Centrales emitiendo deuda y que se multiplica a través de los bancos comerciales con el sistema de reserva fraccionaria.
Desde entonces, en los países desarrollados no hemos tenido la clásica inflación de bienes y servicios, contenida por una globalización que ha permitido ir reduciendo los costes de los productos y servicios pero si una inflación de activos que ha permitido que con el cambio de sistema monetario los ingresos del 1% de la población más rica crecieran mucho más que los ingresos del restante 90% de la población.
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