El presidente de EU, Barack Obama, en su pronunciamiento tras el acuerdo alcanzado para reducir la actividad nuclear de Irán (Reuters).
El presidente de EU no cambió de parecer con base en los argumentos que ha expuesto Moscú, respecto a apoyar a autoridades legítimas en los países que combaten el terrorismo, sino que lo hace al haber perdido el respaldo de Alemania, que ante la abrumadora crisis de refugiados que aqueja a toda Europa, dio su visto bueno para que el Kremlin enviara todos los refuerzos militares que fuesen necesarios a Damasco para que el éxodo de migrantes se detenga.
Rusia continúa ganando influencia en Medio Oriente. Los discursos presentados hoy por los presidentes Obama, de Estados Unidos, y Vladimir Putin, de Rusia, ante la Asamblea General de las Naciones Unidas, así lo confirman. Las palabras del primero han oficializado el giro en la política de Washington de buscar derrocar al presidente sirio Bashar al-Asad, hacia uno que si bien no significa respaldarlo, sí lo hará de manera indirecta al enfrentar al enemigo más peligroso que este tiene: el Estado Islámico (ISIS o ISIL, por sus siglas en inglés).
Pero no se vaya a pensar que Obama cambió de parecer con base en los argumentos que ha expuesto desde hace algunos días el gobierno de Moscú, respecto a apoyar a autoridades legítimas en los países que combaten el terrorismo. No. Obama lo hace al haber perdido de hecho el respaldo de Alemania, que ante la abrumadora crisis de refugiados que aqueja a toda Europa, dio su visto bueno para que el Kremlin enviara todos los refuerzos militares que fuesen necesarios a Damasco. La intención es que al vencer cuanto antes a los extremistas islámicos el éxodo de migrantes se detenga.
Por supuesto, nadie humilla al gobernante del país más poderoso del mundo sin recibir represalias. A Alemania le ha valido recibir de Estados Unidos nada menos que el brutal golpe a Volkswagen, cuyos ecos siguen resonando en el mundo.
Obama criticó cuanto pudo al gobierno de Putin por la anexión de Crimea, el apoyo al régimen sirio y a los rebeldes pro-rusos en el este de Ucrania. Justificó además las sanciones que su país y sus socios le han impuesto como consecuencia.
Pese a todo, Obama reconoció: “Si no podemos trabajar juntos de manera más eficaz, todos vamos a sufrir las consecuencias”, en alusión a la crisis en Siria. Dijo entender que sin importar lo poderos que sean sus fuerzas armadas, “Estados Unidos no puede resolver los problemas del mundo por sí solo”.
Aunque Obama insiste en que Asad debe irse, aquí hemos sostenido que la probabilidad de que eso ocurra es cada vez más baja, sobre todo, si en los hechos se consolida una especie de alianza internacional contra el Estado Islámico.
Por su parte, Putin consideró como “un enorme error” el negarse a respaldar al gobierno sirio que está peleando contra terroristas islámicos.
En este contexto, no se debe perder de vista que Moscú volvió a sorprender y ganarle terreno a Washington al establecer una “célula de coordinación” con los gobiernos de Irak, Irán y Siria, para compartir información de Inteligencia contra Isis. De esto han dado cuenta incluso medios estadounidenses como CNN, NY Times y Fox News.
Como en política los vacíos de poder siempre se llenan, es sin duda otra mala noticia para la Casa Blanca que ahora el gobierno iraquí se haya sumado a trabajar con el detestado rival ruso.
Por si fuera poco, ha trascendido que China habría enviado también un barco de guerra a las costas sirias que según el senador ruso Igor Morozov, miembro del Comité de Asuntos Internacionales de la Federación de Rusia-, iría seguido del portaviones chino Liaoning. Aunque se trata de información no confirmada, lo cierto es que no sería nada nuevo un trabajo conjunto entre las armadas rusa y china. Recordemos que en mayo de este año ambas celebraron durante 10 días ejercicios militares en el Mediterráneo.
De manera que con el avance de la política exterior rusa en Medio Oriente, su influencia se expande mientras protege sus intereses energéticos en el Este de Europa. Y es que mientras Asad permanezca en el poder, no habrá ductos desde Arabia Saudita o Qatar que le compitan.
El ocaso del predominio estadounidense en la región, está llegando.
excelente analisis. le felicito.
ResponderEliminar