Mohammed Jafari, asesor del operador turístico británico Hajj y Umrah, afirma que: “Los peregrinos que había allí afirman que el principal motivo de este accidente fue que el rey estaba recibiendo en su palacio a varios dignatarios, incluyendo el ministro de Defensa y los miembros del CCG (Consejo de Cooperación del Golfo).
Por esta razón, cerraron dos de las entradas principales al lugar donde se realiza la ‘lapidación ritual del diablo’, creando dos cuellos de botella y el aplastamiento de toda esa gente.
Es culpa del gobierno saudí, porque cada vez que un príncipe llega, cierran los caminos y las carreteras, sin valorar el desastre que pueden provocar”
Miles de manifestantes iraníes salieron a las calles para denunciar la “incompetencia” de Arabia Saudita durante la peregrinación del Hajj, donde más de 719 personas murieron en una estampida.
La aglomeración, que también dejó cientos de heridos, ocurrió cuando dos olas gigantes de musulmanes chocaron en una intersección cerca de un lugar sagrado en Mina.
La respuesta a las acusaciones la ha dado el ministro de salud Khaled al-Falih de Arabia Saudita, que culpó a las víctimas del desastre por no seguir las instrucciones, y agregó: “Este tipo de accidente se podría haber evitado. Sin embargo, esta es la voluntad de Dios”
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