Estos últimos días se han producido varios hechos que aparentemente no tienen relación entre sí, pero que sin embargo, podrían tener una oscura relación muy real.
El 3 de septiembre, EEUU realizaba un bombardeo en Kunduz, Afganistán, sobre un hospital de la ONG Médicos Sin Fronteras que provocó la muerte de más de 20 personas.
El lunes 5 de septiembre, se hacía público que las negociaciones sobre el TPP (Acuerdo Transpacífico de Cooperación Económica), se habían cerrado con éxito y que el polémico tratado de libre comercio era ya un hecho.
Aparentemente, ambos hechos no tienen ningún nexo de conexión entre sí.
Pero hay un elemento que une ambos hechos: Médicos sin Fronteras.
Cabe destacar que la organización Médicos sin Fronteras (MSF) lleva meses mostrándose extremadamente crítica con el TPP, advirtiendo públicamente de que se trata de una “amenaza inminente para la salud global”.
Y eso ha llevado a muchos analistas a preguntarse si EEUU no bombardeó el hospital de Médicos Sin Fronteras de forma premeditada como castigo y advertencia.
Recordemos que las Fuerzas Armadas norteamericanas han reconocido públicamente que bombardearon el hospital debido a “un error” y “han prometido una investigación para aclarar lo sucedido”.
Pero las sospechas al respecto están más que justificadas. Así es como informaba de ello eldiario.es:
El último balance de Médicos Sin Fronteras eleva el número de muertos a 22 personas, a causa del bombardeo sobre el hospital de la ONG en Kunduz, Afganistán, la madrugada de este sábado.
El director general de Médicos Sin Fronteras en España, Joan Tubau, “exige” que se lleve a cabo una “investigación profunda y transparente” del bombardeo por un “órgano internacional independiente”.
El director general de la organización también ha querido condenar el ataque que ha calificado de “grave violación del Derecho Humanitario Internacional” al ser el edificio principal del hospital “alcanzado repetidamente y de forma muy precisa durante los ataques aéreos, mientras que el resto del recinto ha quedado intacto”. Un lugar donde, según ha querido destacar Tubau,“el personal médico cuidaba de los pacientes“.
La organización humanitaria aseguró este sábado que “todas las partes del conflicto, en Kabul y Washington, estaban informadas de la localización precisa (con coordenadas GPS) de las instalaciones de MSF”. La ONG indicó que, como hacen siempre, comunicaron sus coordenadas en “múltiples ocasiones” en estos meses. La última vez, “el 29 de septiembre”.
Así pues, las tropas estadounidenses conocían perfectamente la ubicación del hospital de MSF y sin embargo fueron esas instalaciones las que atacaron de forma “muy precisa“.
“¿Por qué tenían que volar todo el hospital?” declaró Nasratullah, primo de Akbar, uno de los médicos que murieron en el atentado.“Sabemos que los americanos son muy listos. Si pueden apuntar a una sola persona en un automóvil desde sus aviones, ¿por qué tenían que volar todo el edificio?”
La explicación aparente “al error” se centró en la existencia de unos supuestos informes que indicaron que fuerzas Talibán habían entrado en el lugar y utilizaban como escudo humanitario el hospital para disparar contra las fuerzas de la coalición.
Christopher Stokes, director general de Médicos Sin Fronteras, declaró airadamente, “Ni un solo miembro de nuestro personal informó de luchas dentro del recinto del hospital de MSF antes del ataque aéreo estadounidense del sábado por la mañana. El hospital estaba lleno de personal de MSF, con los pacientes y sus cuidadores. 12 miembros del personal de MSF y diez pacientes, entre ellos tres niños, murieron en el ataque”.
Los informes en el escenario confirman que los médicos inmediatamente notificaron su presencia en el lugar justo después de iniciarse el ataque y sin embargo, el ataque continuó durante un total de 30 minutos más.
¿A qué se debe pues este encarnizamiento con la gente de Médicos Sin Fronteras?
Como decíamos antes, Médicos Sin Fronteras se ha opuesto frontalmente desde sus inicios al TPP y sus críticas no han pasado desapercibidas.
Médicos Sin Fronteras se ha opuesto al TPP durante años, pero ha sido últimamente cuando ha explicitado públicamente su oposición al tratado mediante unas cartas recientes enviadas al presidente Obama y una campaña de anuncios en el metro de Washington.
Algo que los propios directivos de MSF aceptan como “una práctica no habitual en nosotros”.
¿Y qué es lo que MSF considera tan urgente sobre el TPP como para abandonar su tono tradicionalmente comedido y mostrarse tan públicamente en contra del tratado?
Pues simplemente, los costos de los medicamentos.
En concreto, a MSF le preocupa la propiedad intelectual y las leyes de patentes que favorecerán enormemente a las grandes compañías farmacéuticas cuando el TPP entre en vigor.
Según Judit Rius Sanjuan, que supervisa la campaña de acceso a los medicamentos de MSF:
“los efectos de los acuerdos alcanzados con el TPP, podrían limitar la competencia de los genéricos y por lo tanto aumentar el coste de la medicina”.
Una carta reciente a Obama de MSF, claramente alude a la naturaleza humanitaria de la oposición del grupo al acuerdo comercial:
“MSF cree que es esencial cerrar la brecha en el acceso a los medicamentos a millones de personas de todo el mundo. El TPP podría ser una oportunidad para hacer progresos significativos hacia esos objetivos. Sin embargo, en su estado actual, el TPP es una amenaza para la salud de millones de personas”.
Como se evidencia en el bombardeo del hospital de Kunduz y en numerosas campañas militares en Oriente Medio y en otras partes, el costo humano probable no es la prioridad principal del gobierno de Estados Unidos ni de muchos otros gobiernos.
Finalmente, Médicos Sin Fronteras emitió un comunicado tras la conclusión de las negociaciones del TPP en Atlanta:
“Médicos Sin Fronteras / Médecins Sans Frontières (MSF) expresa su consternación de que los países del TPP hayan llegado a un acuerdo con el gobierno de los Estados Unidos y con las multinacionales farmacéuticas que elevarán el precio de los medicamentos para millones de personas, para extender así, innecesariamente, sus monopolios y retrasando la competencia de los genéricos que podrían hacer bajar el precio de los medicamentos.
Los grandes perdedores del TPP son los pacientes y los suministradores de tratamientos en los países en vías de desarrollo. Aunque el texto ha mejorado respecto a las demandas iniciales, el TPP todavía pasará a la historia como el peor acuerdo comercial para el acceso a los medicamentos en los países en desarrollo, que obligará a estos países a cambiar sus leyes para incorporar protecciones abusivas de la propiedad intelectual para mayor beneficio de las compañías farmacéuticas”.
Recordemos que Médicos sin Fronteras es una organización ganadora del Premio Nobel de la Paz, lo que le otorga un prestigio y una relevancia de cara a la opinión pública.
Sus críticas al TPP, pues, han tenido una especial relevancia y quizás esto explique el “desgraciado error” que se produjo en el bombardeo del hospital de Kunduz.
Posiblemente se trate de una amenaza de cara al futuro; una “invitación” a que MSF cierre la boca y deje de criticar el TPP, así como el futuro TTIP y otras maniobras globalistas, si no quiere sufrir otra vez los “efectos de nuevos errores de cálculo”…
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