Un beso en la cara y un abrazo que parece interminable.
Él parte a la guerra y ella lo ve tomar el transporte militar.
Ella se queda ahí, estática, mientras las lagrimas cubren su rostro.
Él no voltea, teme no tener las fuerzas suficientes para poder partir.
Pero su corazón explota en un llanto eterno.
Sabe que tal vez no regresara, a pesar de las promesas.
Nada puede hacer, la guerra le llama, voluntariamente u obligado.
Pero esa tarea no la puede dejar para después.
Sus pensamientos vuelan a mil.
No entiende que paso, como muchos otros.
Son simples peones de ajedrez.
En la cocina las mujeres lloran, la madre al hijo.
La esposa al marido y la hija al padre.
Como ellas muchas mas en otros lugares.
El padre llora por el hijo y el hijo por el padre.
El campo huele a sangre.
Él mira al cielo.
No ve nada, solo nubes negras, como presagio de lo que esta por venir.
Todos buscan una respuesta, mas sin embargo, no la obtienen.
Se oyen plegarias y suplicas.
Baruj a kadosh, Dios, Alah
No hay respuesta.
Finalmente comprenden que la respuesta esta en todos.
Pues todos se olvidaron de amar.
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