"El presidente (Vladímir Putin) se ha movilizado al máximo, al nivel que exigen las circunstancias. Las circunstancias no tienen precedentes. A Rusia se le ha lanzado un reto sin precedentes", agregó el portavoz.
La reacción de Rusia, que ha exigido disculpas, compensaciones y castigo a los culpables del derribo del avión, "se corresponde" con la magnitud del desafío, consideró Peskov.
El portavoz ruso subrayó que con el emplazamiento en Siria de sistemas de misiles antiaéreos S-400 los pilotos rusos que participan en las misiones de bombardeos en el país árabe estarán a salvo de nuevos ataques.
"Podemos constatar una cosa: los pilotos rusos están asegurados en caso de nuevos peligros. El correspondiente sistema antiaéreo ya ha sido instalado", dijo.
Peskov recalcó que el "ataque por la espalda" asestado por Turquía, como ha calificado Moscú el derribo del Su-24, ha causado un "daño difícil de reparar" a las relaciones bilaterales ruso-turcas.
"Putin dijo que nosotros veíamos a Turquía como un aliado. Todo eso fue destruido literalmente en un instante por un disparo de un F-16 turco", anotó.
El Gobierno ruso tiene previsto informar hoy de medidas de represalia contra Turquía en una serie de ámbitos económicos.
Por lo pronto, el ministro de Asuntos Exteriores de Rusia, Serguéi Lavrov, ya anunció ayer que Moscú suspenderá a partir del 1 de enero de 2016 el régimen de exención de visados con Turquía.
Lavrov, que ya había recomendado a los rusos que no viajen a ese país y a los que ya se encuentra allí, que regresen cuanto antes, no vinculó la medida al derribo del avión ruso, sino a la latente amenaza terrorista en Turquía, país que limita con Siria.
El acuerdo de exención de visados fue suscrito por los gobiernos de ambos países en 2010 y entró en vigor en abril de 2011, lo que disparó el flujo de turistas rusos a Turquía, que se convirtió en su segundo destino tras Egipto.
No hay comentarios:
Publicar un comentario