China amenaza a Australia con el boicot de sus productos si sigue directrices de Estados Unidos sobre una investigación antichina sobre el origen de la crisis.
El embajador de China en Australia, Cheng Jingye, ha advertido al gobierno de este país que su insistencia en realizar una investigación políticamente motivada sobre el origen del nuevo bicho podría desencadenar un boicot por parte de los consumidores chinos, que podrían dejar de viajar y estudiar en este país o comprar sus productos.
En una entrevista con el diario australiano The Australian Financial Review publicado el domingo, el diplomático chino ha aconsejado a los australianos que no presionen por una investigación, advirtiendo a Canberra que complacer a Estados Unidos podría ser “peligroso”.
“Algunos hombres intentan culpar a China por sus problemas y desviar la atención”, ha indicado Cheng, refiriéndose a los políticos australianos. “Es una especie de complacencia a las afirmaciones que hacen algunas fuerzas en Washington”, ha agregado.
El embajador chino ha destacado que recurrir a la sospecha, la recriminación o la división en un momento tan crítico solo podría socavar los esfuerzos mundiales para luchar contra esta emergencia.
Australia se unió a EEUU para reclamar una investigación internacional sobre el origen y la propagación de la crisis que le atribuyen a China. El miércoles pasado, el primer ministro australiano, Scott Morrison, dijo que, en una llamada telefónica con el presidente de EEUU, Donald Trump, había buscado el apoyo de Washington al respecto.
Por su parte, China acusa a los australianos de seguir el mandato que le dictan desde Estados Unidos.
La Administración de Trump fue el primero que planteó la idea, insinuando que el virus había sido sintetizado artificialmente en un laboratorio en la ciudad china de Wuhan.
Las autoridades chinas rechazan tales acusaciones. Por su parte, el director del laboratorio chino de Wuhan, el investigador Yuan Zhiming, negó el reclamo de EEUU, considerando dichas imputaciones una “teoría de la conspiración”.
Mientras EE.UU. intenta echar la culpa de la crisis a China y la acusa de producir el virus en sus laboratorios, el pasado marzo, Pekín aseguró que el origen de la crisis se hallaba en realidad en el país norteamericano y especificó que el Ejército estadounidense podría haber llevado el bicho a la ciudad de Wuhan.
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