La guerra de precios del petróleo entre Rusia y Arabia Saudí se desató tras una conversación telefónica “agresiva” entre Putin y el príncipe heredero saudí.
La conversación entre el presidente ruso, Vladimir Putin, y el príncipe heredero saudí, Muhamad Bin Salman, se produjo el 6 de marzo de cara a una importante reunión de miembros de la Organización de Países Exportadores de Petróleo (OPEP), donde los principales productores de hidrocarburos no llegaron a un acuerdo para reducir la producción ante la drástica caída de demanda debido a la crisis provocada por el nuevo coronavirus, reveló un funcionario saudí.
“Justo antes de la reunión, hubo una conversación entre Putin y Bin Salman, quien estuvo muy agresivo y dio un ultimátum. Él amenazó que Arabia Saudí comenzaría una guerra de precios si no había un acuerdo”, reveló la fuente, citada anónimamente el miércoles por el diario Middle East Eye.
Según el funcionario saudí, esa conversación era “muy personal”, pues “ellos se gritaban uno a otro”. “Putin rechazó el ultimátum y la llamada terminó mal”, agregó.
Tras ese contacto telefónico, el polémico príncipe, conocido también con sus siglas inglesas MBS, inundó los mercados mundiales con el crudo saudí.
Previo a la llamada, parece que MBS había hablado con Jared Kushner, el yerno y asesor más cercano del presidente de EEUU, Donald Trump, para informar lo que iba a discutir con Putin. Esto significa que supuestamente tuvo la luz verde del mandatario norteamericano.
“Kushner no le pidió a Bin Salman que lo hiciera, pero Kushner lo sabía y no lo vetó. Bin Salman sacó sus propias conclusiones”, explicó el funcionario saudí.
Se sabe que el yerno de Trump y MBS mantienen una relación estrecha. De hecho, Kushner es “el defensor más importante del príncipe dentro de la Casa Blanca”, señaló el diario Middle East Monitor.
Lo que siguió fue una drástica caída en los precios mundiales del petróleo y la desestabilización de los mercados mundiales. El petróleo bajó a 25 dólares por barril al principio y luego cayó aún más bajo.
El lunes, el barril del crudo estadounidense West Texas Intermediate (W-T-I) cotizado en Nueva York para su entrega en mayo, al final de una sesión infernal, cayó a valores negativos por primera vez en su historia, mientras los inversores trataban desesperadamente de deshacerse de sus barriles en un mercado saturado, ya que la parálisis económica provocada por la pandemia del coronavirus ha desencadenado una fuerte caída de la demanda.
El desplome de los precios se produjo a pesar de que el 12 de abril, los miembros de la OPEP y OPEP plus cerraron por fin un acuerdo para reducir la producción de hidrocarburo en 9,7 millones de barriles diarios, a partir del próximo 1 de mayo.
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