El embajador de China en Australia, Cheng Jingye, ha advertido este lunes que Australia podría enfrentar un impacto económico, si insiste en investigar el origen de la crisis.
En una entrevista publicada este lunes por The Australian Financial Review, el embajador calificó de "peligroso" el impulso de Canberra para iniciar una investigación independiente y aseguró que esto podría desencadenar un boicot por parte de los consumidores chinos que no podrán viajar ni estudiar en Australia o comprar importantes exportaciones que incluyen la carne de res y vino.
"Recurrir a la sospecha, la recriminación o la división en un momento tan crítico solo podría socavar los esfuerzos mundiales para luchar contra esta crisis expresó Cheng y advirtió además que si la investigación continúa, "la gente va a plantearse si vale la pena acudir a un país que no es tan amigable con China como parece".
Estas declaraciones surgen luego de que el primer ministro australiano, Scott Morrison, y la ministra de Relaciones Exteriores, Marise Payne, se unieran la semana pasada al pedido de EE.UU. de iniciar una investigación independiente acerca de "los orígenes y la propagación de la crisis, informa Reuters.
De igual manera, Morrison buscó apoyo en las principales potencias mundiales. Sin embargo, Francia y Reino Unido aseguraron que este es el momento de combatir el virus y no atribuir culpas.
El número total de personas infectadas con la nueva enfermedad desde el inicio del brote ha superado los 2,9 millones en todo el mundo.
Hasta la fecha se han registrado 2.994.690 contagios, mientras que la cifra de muertes ha alcanzado 207.270 a nivel mundial, y los recuperados suman 875.054, según los últimos datos actualizados por el Centro de Ciencia e Ingeniería de Sistemas de la Universidad Johns Hopkins, que monitorea las estadísticas a escala internacional.
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