Por medio de un comunicado emitido el lunes, el Departamento de Estado de EE.UU. anunció embargos contra la Industria de Defensa de la Presidencia (SSB, por sus siglas en turco) de Turquía y cuatro de sus principales directivos.
“El secretario de Estado [de EEUU, Antony Blinken] seleccionó ciertas sanciones que se impondrán a la SSB”, “de conformidad con la CAATSA”, la ley estadounidense para contrarrestar a adversarios a través de la imposición de medidas restrictivas, se lee en la nota.
Conforme precisa el documento, Washington justificó dicho paso por la participación del SSB en “una transacción significativa con una persona que es parte de u opera para o en nombre de los sectores de Defensa o Inteligencia del Gobierno de la Federación Rusa”.
Ya con anterioridad, Washington había aplicado embargos contra el SSB y su titular, Ismail Demir, por la compra de los sistemas antimisiles rusos S-400 por parte de Ankara, un tema que se ha convertido en uno de los principales focos de tensión entre EE.UU. y Turquía.
Rusia entregó en 2019 los sistemas de defensa antiaérea S-400 a Turquía, a pesar de las advertencias estadounidenses de que eso no era compatible con el hecho de formar parte de la Organización del Tratado del Atlántico Norte (OTAN).
En otra medida punitiva, EEUU, además expulsó, en julio de 2019, a Turquía del programa de fabricación de cazas F-35 desarrollado por la Alianza Atlántica. Ankara aseguró, en reacción, que hallará una alternativa a los referidos aviones de combate. Mientras tanto, Moscú se manifestó dispuesto a ofrecer sus cazas Sujoi Su-35 a Turquía ante dicha medida estadounidense.
El Gobierno turco tacha tales sanciones y presiones de injustas y advierte de que responderá, si EE.UU. no cambia su decisión. Por su parte, Moscú denuncia la actitud arrogante que suponen las medidas coercitivas de Washington.
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