El portal ruso de aviación Avia.Pro. ha informado este martes que, tras las repetidas advertencias de Rusia al régimen israelí sobre ataques inadmisibles al territorio sirio, el Ejército ruso ha desplegado al menos tres sistemas de guerra electrónica Krasuja-4 y varios sistemas portátiles de supresión electrónica de corto alcance, en la ciudad de Tartus (oeste de Siria).
Estos sistemas evitan que los misiles israelíes alcancen sus objetivos en el territorio sirio. Asimismo, crean muchos problemas para los aviones de reconocimiento de EE.UU. que adoptan medidas de provocación tanto cerca de la base naval rusa en Tartus como cerca la base aérea de Jmeimim, en la provincia de Latakia (noroeste).
La fuente ha detallado que estos poderosos sistemas de Defensa de Rusia son capaces de confundir los aviones enemigos, aviones no tripulados (drones) y misiles, deshabilitando sus sistemas de control, desde una distancia de varios cientos de kilómetros.
Según los expertos, citados por el medio, es por esta razón que la aviación israelí no se ha atrevido últimamente a lanzar ataques en esta zona de Siria teniéndose en cuenta que Rusia puede destruir fácilmente sus aviones.
Desde el estallido del conflicto en Siria en 2011, han sido frecuentes los ataques aéreos y con artillería de las fuerzas de guerra del régimen israelí a las posiciones del Ejército sirio.
Entretanto, Rusia siempre ha apoyado al Ejército sirio, a petición del Gobierno de Damasco, y su apoyo ha sido de tal relevancia que, actualmente, las fuerzas sirias y sus aliados han podido liberar, casi en su totalidad, el territorio sirio de manos de las agrupaciones extremistas, hasta el punto de que la presencia de los ultraviolentos se limita a la provincia de Idlib, donde el Ejército sirio lanzó una serie de operaciones para recuperar el último bastión de las bandas armadas.
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