Según ha reportado este domingo el portal de aviación ruso Avia.Pro, un dron de gran altitud RQ-4A Global Hawk, que estaba realizando un reconocimiento cerca de los límites rusos, perdió contacto de forma inesperada con los satélites a los que estaba conectado y, de hecho, permaneció volando sin ningún control durante algún tiempo.
No obstante, la computadora de a bordo del dron activó el programa de regreso de emergencia a la base militar que EE.UU. tiene en Ucrania y envió la señal “7600”, que significa pérdida de comunicación.
La ruta que estaba previsto que llevara a cabo este dron espía partía de Nikolaev ―sur de Ucrania― y tenía por destino Jarkiv ―este de Ucrania, en la frontera común con Rusia―.
Conforme al reporte, el Ejército ruso aplicó unas contramedidas electrónicas muy poderosas para neutralizar tanto al dron como a la nave espacial que controla el aparato.
Es más, el informe precisa que Rusia no recurrió para la operación a los complejos Krasukha-4 ―un sistema ruso de guerra electrónica con base en tierra―.
Cabe indicar que el sistema de guerra electrónica Krasukha-4 está instalado en Donbás, una zona en conflicto localizada en el este de Ucrania, pero teniendo en cuenta la lejanía del vuelo del dron de EE.UU. hasta el lugar donde se halla el Krasukha-4, la detención rusa pudo llevarse a cabo desde el territorio de Rusia.
Los drones RQ-4A Global Hawk cuentan con cámaras de alta resolución, sensores infrarrojos y radares para rastrear objetos en movimiento. Son capaces de monitorear la situación a una profundidad de 300 kilómetros y transmitir datos en tiempo real a través de un canal satelital.
Entretanto, en medio de las tensiones en las fronteras comunes entre Rusia y Ucrania, se han incrementado las operaciones de reconocimiento ucranianas de la mano de la Organización del Tratado del Atlántico Norte (OTAN), encabezada por EE.UU.
En este sentido, el pasado lunes, el Ejército ucraniano puso en marcha otra operación de reconocimiento con un avión no tripulado Phantom-4 para realizar más ataques de artillería en las zonas de escalada; empero, la misión fracasó y el aparato fue derribado por un sistema de guerra electrónica de Rusia.
Desde 2014, se enrarecieron las relaciones entre Kiev y Moscú por la anexión de la estratégica península de Crimea a Rusia, como fruto de un referéndum en el que más del 90 % de los crimeos votó a favor de adherirse a la Federación Rusa. Desde entonces, la OTAN y EE.UU. aprovechan cualquier ocasión que se les presenta para importunar a Rusia, echando leña al conflicto entre los dos países vecinos.
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