Fuentes locales han informado este jueves que, después de dos días de violentos enfrentamientos, unidades aliadas del Ejército sirio lograron hacerse con el dominio de dos bases en poder de la milicia kurdo-árabe Fuerzas Democráticas Sirias (FDS), que cuenta con el respaldo de las tropas estadounidenses.
Dichas bases, que estaban bajo el control de miembros de los servicios de seguridad kurdos, acostumbrados a recibir suministros bélicos y logísticos de Washington, se encuentran en los barrios de Halko, en Qamishli, sita en la provincia de Al-Hasaka (noreste).
Las fuentes indican que la toma de estos recintos responde a un reciente ataque por sorpresa que habían llevado a cabo los milicianos kurdos horas después de que se estableció un alto el fuego temporal en la región.
Miembros del FDS desplegaron un equipo militar en Qamishli, donde viven muchas tribus árabes, y llevaron a cabo un ataque en el barrio Tay, causando la muerte de un niño y heridas a otros dos civiles. Además, resaltaron que los atacantes eran conscientes de que los lugareños estaban ajetreados en el funeral de dos personas que habían muerto el día anterior en enfrentamientos, tal y como relataron las fuentes.
Desde la madrugada del martes han estallido violentos enfrentamientos con armas pesadas en Qamishli entre las fuerzas sirias y la milicia proestadounidense FDS, después de que unos efectivos de la milicia kurda intentaran arrestar a un comandante de las fuerzas aliadas sirias en esta ciudad.
No obstante, el mencionado comandante sirio logró evadir a los militantes de la milicia kurda, mientras que los choques causaron siete bajas mortales y varios heridos en las filas de las FDS.
Tras estas escaramuzas, las milicias leales al Ejército estadounidense cortaron la electricidad de toda la ciudad de Qamishli y comenzaron a desplegar francotiradores en los altos de los edificios en medio del pánico de la población civil, sin embargo, las fuentes dijeron que los intentos de estos elementos, no produjo ningún cambio en el mapa de control de la localidad.
EE.UU. sigue aumentando su presencia en Siria sin el consentimiento del Gobierno del presidente Bashar al-Asad. Ante ello, los sirios consideran que las fuerzas estadounidenses invasoras no se encuentran en el país árabe para ayudarles en su lucha antiterrorista, sino para robar sus riquezas naturales, como el petróleo.
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