"Quiéralo o no [la oposición], de todos modos construiremos el canal. Ya se terminó la mayor parte de los preparativos y se presentó el informe sobre el impacto en el medio ambiente. En las dos costas del canal se construirá una ciudad de 500.000 habitantes", dijo Erdogan al comparecer ante el Parlamento.
El mandatario criticó a la oposición por pronunciarse en contra de la construcción del canal, que podría causar daño al entorno y además tener poca rentabilidad económica.
"Mírenlos, ellos [opositores] incluso están amenazando a los inversores que consideran invertir en el proyecto, les dicen que suspenderán las obras en cuanto lleguen al poder", relató Erdogan.
Erdogan por primera vez habló de la posible construcción de un canal que conectaría el mar Negro con el de Mármara en 2011, cuando era primer ministro.
De llegar a realizarse, el proyecto de construcción de una nueva ruta marítima eludiendo el Bósforo sería la más importante iniciativa infraestructural en la historia de Turquía, al permitir descongestionar drásticamente el Bósforo.
El ministro de Medioambiente y Urbanización turco, Murat Kurum, comunicó que Ankara aprobó el plan de construcción del canal de Estambul, que correrá paralelamente al estrecho del Bósforo y unirá el mar de Mármara con el mar Negro. Según declaró el ministro de Exteriores turco, Mevlut Cavusoglu, el proyecto de canal no supone la renuncia de Turquía a la Convención de Montreux (1936).
El 4 de abril, se publicó una carta de 103 almirantes retirados de la Marina turca que expresaron su rotundo rechazo a los intentos de poner en tela de juicio la convención firmada en 1936, alegando que fue una victoria diplomática que ayudó a Turquía a recuperar la soberanía sobre los estrechos, así como calificaron como inaceptables las discusiones sobre la revisión del pacto en relación con el futuro canal de Estambul.
El 5 de abril, diez almirantes de los 103 que firmaron la carta pública en defensa de la Convención de Montreux fueron detenidos por la policía turca. Cuatro almirantes más fueron citados a declarar ante la Policía de Ankara dentro de un plazo de tres días.
Erdogan condenó la carta de los almirantes, al subrayar que los militares no deben interferir en la política, y confirmó el apego de Turquía a la Convención de Montreux.
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