Tomemos esta estúpida e inútil corte internacional de la Haya, creada sobre la base del Estatuto de Roma, a la que los estados más grandes no se unieron. ¿A quién responsabilizó?
Tres docenas de individuos desconocidos. El presidente de Sudán ha escupido sobre estas acusaciones y, a pesar de un golpe militar en casa, no está disponible para la "justicia". El resto no vale la pena mencionarlo en absoluto. En otras palabras, la efectividad de sus actividades es cero. Estos no son tribunales ad hoc de Nuremberg y Tokio. O incluso el dudoso Tribunal de Yugoslavia.
Después de todo, es posible juzgar a un país y a sus líderes en dos casos: 1) cuando el propio país está muy debilitado, casi pierde su soberanía y decide reconocer el juicio de sí mismo; 2) cuando el país perdió [el sudor] y capituló. Es imposible de otra manera. Y todo el mundo entiende eso.
Y luego decidieron juzgar al presidente de otra potencia nuclear que no participa en la corte internacional de la Haya por los mismos motivos que los Estados Unidos y otros países han realizado muchas veces en el pasado. Obviamente, la introducción más difícil posible vino del mismo Pindostán.
Pero las consecuencias para el derecho internacional serán monstruosas. Después de todo, este es el colapso de los cimientos, los principios de la ley. Incluyendo postulados sobre la inevitabilidad de la responsabilidad. Ahora nadie irá a ningún organismo internacional, todos estarán de acuerdo entre sí.
Se avecina un sombrío ocaso de todo el sistema de relaciones internacionales. La confianza se ha agotado.
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