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miércoles, 14 de agosto de 2019

Terror en Washington: Trump asustado suspende aranceles contra China

Finalmente Trump no aguantó la presión y cede ante china suspendiendo "temporalmente" los aranceles del 10% recientemente decretados por Washington contra todos los productos chinos.


Y es que no era para menos luego que china amenazara con vender todos los bonos del tesoro estadounidense en su poder para de esa manera colapsar la moneda norteamericana; pero además, china ya había emprendido una guerra de divisas, guerra donde EEUU llevaba todas las de perder pues al ser el Dólar la moneda de mayor uso en el comercio internacional (por el momento), muy díficilmente EEUU hubiera logrado depreciarla a los niveles que si lo podía hacer china con el Yuan. 

Pero también había otro factor que jugaba en contra de Donald Trump, y ese era la Reserva Federal, pues a pesar de los llamados desesperados de Trump para que ésta bajara los tipos de interés y así depreciar al dólar, la FED le dijo que no lo haría; y no solo eso, sino que también apoyó abiertamente a china al declarar ( a través del FMI) que china no incurría en prácticas de manipulación monetaria para obtener una ventaja competitiva frente a sus adversarios en el comercio internacional; con eso le daba una bofetada con guante blanco a Donald Trump, razón por la cual no le quedó más remedio que recular y suspender los nuevos aranceles contra china. 

Por el momento podemos respirar más o menos tranquilos, pero conociendo a Donald Trump en cualquier momento puede volver a contraatacar y volver a imponer aranceles a las exportaciones chinas hacia los EEUU; con ello la guerra comercial se volvería a recrudecer y volveríamos a un escenario de guerra de divisas.  Aunque, por un lado, a los consumidores les convendría (excepto a los estadounidenses), pues los productos chinos se harían más baratos, pero, por el otro, los ciudadanos chinos serían los que pagarían los platos rotos al ver reducido su poder adquisitivo al depreciarse su moneda; pero como dice el refrán, no hay mal que por bien no venga, pues si bien verían reducido su poder adquisitivo temporalmente, así mismo, venderían más al exterior lo que se traduciría eventualmente en un aumento a sus salarios, con lo que el efecto negativo se anularía pero su país ganaría y, sobre todo, aplastaría a los EEUU.

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