Según fuentes de Izvestiya, la nueva aeronave biplaza se fabricará en tres variantes: entrenador de combate, de ataque -con un operador responsable del uso de las armas- y -por primera vez en el mundo- como líder de un grupo de drones pesados.
La descripción de la patente de la futura versión biplaza del Su-57, describe una nueva aeronave “diseñada para detectar y atacar objetivos aéreos, de superficie y terrestres con armas guiadas y no guiadas. También puede servir como centro de mando y control para “acciones en red de grupos mixtos de aeronaves””.
La cabina biplaza está equipada con mandos para transferir la prioridad de control de un piloto al otro. Tendrá al menos dos pantallas panorámicas multifuncionales para el control de las aeronaves y las armas.
Asimismo, Izvestiya señala que el futuro avión recibirá depósitos de combustible adicionales, lo que aumentará la autonomía y la duración de su vuelo en un 10% en comparación con la versión monoplaza.
Asimismo, Izvestiya señala que el futuro avión recibirá depósitos de combustible adicionales, lo que aumentará la autonomía y la duración de su vuelo en un 10% en comparación con la versión monoplaza.
De concretarse su desarrollo, se tratará de la primera vez que un avión de quinta generación disponga de una versión biplaza, siendo que diseños de los otros cazas steatlh como el F-22, F-35, J-20 y J-35 son todos monoplazas, dependiendo exclusivamente de sus avanzados simuladores de vuelo para completar la transición de los pilotos a la nueva aeronave.
Guerra centrada en redes y compañeros no tripulados
Las principales fuerzas aéreas del mundo están llevando a cabo programas de desarrollo para aviones de combate no tripulados, que asistan, protejan y complementen a los cazas tripulados, y Rusia no es la excepción. La Corporación Unida de Aviación (también llamada como U-A-C, por sus siglas en inglés) está desarrollando el dron S-70 “Okhotnik” (Cazador) como compañero del Su-57.
El S-70 es un sistema de combate aéreo autónomo, de gran alcance y baja detectabilidad, diseñado por Sukhoi, que podrá desarrollar misiones en solitario, pero también acompañar y trabajar en conjunto con los aviones de combate de nueva generación rusos, como el Su-57; de forma análoga a los futuros sistemas Loyal Wingman o Skyborg occidentales.
“El S-70 es una plataforma de aviación prometedora con un gran potencial para el desarrollo de una futura familia de sistemas no tripulados sobre su base. El trabajo en el marco del programa Okhotnik es una de las áreas clave para Sukhoi y La Corporación Unida de Aviación. El desarrollo de sistemas de combate no tripulados responde plenamente a los desafíos del momento y a las necesidades del cliente. Hoy estamos haciendo todo lo posible para completar las pruebas lo antes posible y comenzar la producción en serie”, comentó tiempo atrás Yuri Slyusar, director general de La Corporación Unida de Aviación.
Mientras que los desarrolladores occidentales apuestan por la implementación de la inteligencia artificial (I-A) para controlar el accionar de los drones de combate desde los cazas monoplazas, Rusia parece haberse decantado por una solución más tradicional para el Su-57, apostando por un segundo tripulante que funcione como “nodo de mando y control”, reduciendo la carga de trabajo del piloto, que se dedicará a controlar su propia aeronave.
La decisión de implementar un caza biplaza para controlar las acciones de los aviones de combate no tripulados podría indicar un menor desarrollo de las herramientas de inteligencia artificial en Rusia. Pero también podría resultar ser el enfoque correcto para coordinar este tipo las operaciones tácticas de equipos tripulados-no tripulados. El tiempo dirá.
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