El destructor de misiles guiados estadounidense USS John S. McCain cruzó el miércoles el estrecho de Taiwán en el marco de una maniobra de tránsito rutinario, según recogió la misma jornada la agencia británica de noticias Reuters.
Un portavoz de las Fuerzas Armadas chinas declaró que las acciones de Washington en las aguas de Taiwán transmiten un mensaje erróneo y socavan la estabilidad regional.
Ante tal coyuntura, Pekín ha enviado 12 aviones de combate a la zona de defensa aérea de Taiwán, así como un grupo de portaviones, que se halla cerca de la isla.
Con anterioridad, la Cancillería china había condenado la travesía de los buques de guerra estadounidenses por el estrecho de Taiwán, advirtiendo que Pekín está preparado para responder a cualquier amenaza o provocación, en el momento que sea.
Esta situación se produce en medio de las preocupaciones de la Casa Blanca por la concentración del Ejército chino en la región, sobre todo después de que el gigante asiático, a través de un comunicado publicado el pasado lunes, afirmara que planea realizar “de forma rutinaria” maniobras militares y operaciones de entrenamiento en aguas cercanas a Taiwán.
China reclama que Taiwán es parte de su territorio a pesar de que, desde 1949, los taiwaneses se gobiernan como una nación con sus propios ministros y políticas nacionales y de exteriores, independientes de Pekín.
Mientras tanto, la Administración del nuevo presidente estadounidense, Joe Biden, ha prometido seguir brindando soporte militar a Taiwán para su independización, como ya lo hiciera su antecesor, Donald Trump, y continúa vendiendo armas a la isla, una circunstancia que provoca inestabilidad y tiranteces en la zona.
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