En una conferencia telefónica, el ministro de Defensa ruso, Serguéi Shoigu, dijo el martes que “las tropas han empezado a ir a los campos de entrenamiento para realizar ejercicios tácticos, táctico-especiales y bilaterales”.
Asimismo, llamó a los funcionarios rusos encargados de la evaluación a “garantizar la alta calidad de los ejercicios de control y la seguridad durante el movimiento de las escuadras militares y los equipos”.
En el marco de esta evaluación, según el Ministerio de Defensa de Rusia, se realizarán en abril un total de 4048 ejercicios de diversas escalas, incluidos 812 ejercicios bilaterales en 101 polígonos de entrenamiento y 520 instalaciones de bases didáctico-material.
Además, dicha Cartera ha indicado que los controles están dirigidos para todo tipo de tropa y rama militar, de modo que se llevarán a cabo en cada uno de los distritos militares y en la Flota del Norte, así como en el Extremo Norte, las Islas Kuriles y Kamchatka.
En paralelo a dicho examen, una comisión del Estado Mayor realizará una auditoría en el Distrito Militar Oriental, donde tendrá lugar el entrenamiento principal en los campos de Tsugol y Sergeevsky. En el resto de distritos y en la Flota del Norte, los controles se realizan bajo la dirección de los comandantes de las tropas.
El anuncio de estos ejercicios masivos rusos, aunque rutinarios, tiene lugar en medio de una tensa situación con Ucrania, cuyas autoridades denuncian el acumulamiento de fuerzas y equipos rusos cerca de sus fronteras, pero permitirán a la Organización del Tratado del Atlántico Norte (OTAN) desplegar al menos 37 mil efectivos en dicha zona limítrofe.
En este contexto, Ucrania pidió el martes su ingreso en la OTAN como la única vía para enviar una “verdadera señal para Rusia” y poner fin al conflicto en el este ucraniano. En reacción, el portavoz del Kremlin, Dmitri Peskov, alertó que ese paso de Kiev agudizaría el conflicto entre los independentistas prorrusos y las fuerzas ucranianas; no obstante, subrayó que esa afiliación debería consultarse al pueblo ucraniano.
Las relaciones entre Moscú y Kiev se deterioraron, en particular, cuando la península de Crimea se reincorporó a Rusia tras un referéndum en marzo de 2014. Más del 96 % de los crimeos votó a favor de la incorporación a la Federación Rusa.
Desde entonces, Rusia y el Occidente siguen sin poder superar las brechas que surgieron a raíz de esta coyuntura que condujo a Ucrania involucrarse en una campaña bélica contra los grupos soberanistas de las republicas populares de Donetsk y Lugansk.
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