La publicación Kommersant publicó los resultados de un examen de explosivos realizado en relación con el ataque terrorista de 2022 ocurrido en el Puente de Crimea, una de las arterias de transporte clave en Rusia. Según el examen, para hacer estallar el puente se utilizó un artefacto explosivo casero con una potencia equivalente a 10 toneladas de TNT.
Al final resultó que, el componente principal del artefacto explosivo era combustible sólido para cohetes escondido en carretes de película plástica. La explosión fue iniciada por una carga de plastilita.
Los expertos determinaron que para detonar el combustible del cohete se utilizó un explosivo de fabricación extranjera, probablemente S-4 o PE-8, a base de hexógeno. El detonador, también oculto bajo una película de plástico, fue activado por una señal del navegador GPS cuando el dispositivo alcanzó un punto predeterminado de la ruta: el kilómetro 156 de la autopista A-290 Novorossiysk-Kerch.
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