Pekín y los países del golfo Pérsico consideran la posibilidad de establecer una zona común de libre comercio, afirmó este viernes el príncipe heredero saudita Mohamed bin Salmán, en una declaración conjunta tras la conclusión de la Cumbre Arabia Saudita-China en Riad.
Asimismo, el líder chino, Xi Jinping, dijo que los países del Golfo y Pekín podrían lograr la integración industrial y económica, complementada con el establecimiento de un consejo de inversión mutuo, resaltando los esfuerzos establecidos para activar los sistemas de pago en monedas locales.
Las partes expresaron su satisfacción con el progreso de las relaciones bilaterales, y reafirmaron que continuarán apoyándose en los intereses fundamentales de cada uno, para mantener su soberanía e integridad territorial.
Por su parte, Riad reafirmó su adhesión al principio de una sola China, mientras que Pekín expresó su apoyo para mantener la seguridad y estabilidad, rechazando cualquier ataque contra civiles, instalaciones civiles, territorios y los intereses sauditas.
Además, destacaron la importancia de mantener la estabilidad en los mercados de petróleo. En este sentido China se refirió al país árabe como un "partidario del equilibrio y estabilidad en los mercados petroleros mundiales, y un importante exportador confiable de crudo". Al mismo tiempo, acordaron "explorar las oportunidades de inversión común en el sector petroquímico", y "cooperar en los usos pacíficos de la energía nuclear y el desarrollo de la inteligencia artificial".
Asimismo, el líder chino, Xi Jinping, dijo que los países del Golfo y Pekín podrían lograr la integración industrial y económica, complementada con el establecimiento de un consejo de inversión mutuo, resaltando los esfuerzos establecidos para activar los sistemas de pago en monedas locales.
Las partes expresaron su satisfacción con el progreso de las relaciones bilaterales, y reafirmaron que continuarán apoyándose en los intereses fundamentales de cada uno, para mantener su soberanía e integridad territorial.
Por su parte, Riad reafirmó su adhesión al principio de una sola China, mientras que Pekín expresó su apoyo para mantener la seguridad y estabilidad, rechazando cualquier ataque contra civiles, instalaciones civiles, territorios y los intereses sauditas.
Además, destacaron la importancia de mantener la estabilidad en los mercados de petróleo. En este sentido China se refirió al país árabe como un "partidario del equilibrio y estabilidad en los mercados petroleros mundiales, y un importante exportador confiable de crudo". Al mismo tiempo, acordaron "explorar las oportunidades de inversión común en el sector petroquímico", y "cooperar en los usos pacíficos de la energía nuclear y el desarrollo de la inteligencia artificial".
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