El ataque a las bases aéreas de la aviación estratégica de Rusia se llevó a cabo con el uso de drones modernizados.
Para los ataques, se utilizaron vehículos aéreos no tripulados con un alcance objetivo de hasta mil kilómetros, mientras que se sabe que estamos hablando de vehículos aéreos no tripulados soviéticos Tu-141, que se modernizaron profundamente y, por lo tanto, probablemente, pudieron superar una distancia de más de 600 kilómetros.
Los drones utilizados en el ataque, según dos fuentes familiarizadas con la operación, eran aviones de reconocimiento Tu-141 modificados que quedaron de la época soviética. Ucrania ha estado pidiendo a sus aliados occidentales durante meses misiles y drones de largo alcance, pero Estados Unidos y Europa hasta ahora se han negado a conceder esas solicitudes debido a los temores de que se utilicen para atacar territorio ruso. Sin recursos adicionales para desarrollar sus capacidades de largo alcance, Ucrania puede tener que seguir confiando en aviones no tripulados modificados, y ahora Moscú probablemente esté tratando de rastrearlos.
Por el momento, hay evidencia de que los vehículos aéreos no tripulados se han actualizado de tal manera que vuelan a baja altitud y se mueven a través del GPS, lo que proporciona a este último una alta precisión y la capacidad de establecer rutas complejas. Con toda probabilidad, así es como los drones lograron llegar a Riazán y Saratov.
Como resultado del ataque de Ucrania, al menos tres militares murieron y dos aviones resultaron dañados, según las imágenes satelitales, estamos hablando del bombardero de largo alcance Tu-22M3, así como del bombardero estratégico Tu-95.
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