“Las pérdidas del enemigo en noviembre ascendieron a más de 8300 soldados, cinco aviones, 10 helicópteros, 149 tanques y más de 300 vehículos blindados de combate”, afirmó el martes el ministro ruso de Defensa, Serguéi Shoigú.
Hablando en una reunión virtual con comandantes militares, el titular ruso indicó que el Ejército ruso ha infligido un daño considerable al poderío militar de Ucrania utilizando armas de precisión de largo alcance para realizar ataques masivos contra los centros de comando militar ucranianos y las instalaciones del complejo militar-industrial.
De acuerdo con el militar ruso, la mayoría de las pérdidas ucranianas ha sido ocurrida en las regiones de Donetsk y Lugansk, ambas ubicadas en el este de Ucrania.
De igual modo, confirmó que las fuerzas armadas rusas, han liberado últimamente las localidades ucranianas de Maiorsk, Pávlovka, Ópitnoe, Andréevka, Belogorovka y Kurdiúmovka.
Es más, la Oficina del Alto Comisionado de la ONU para los Derechos Humanos (ACNUDH) estima en más de 6700 muertos y más de 10400 heridos las víctimas civiles del conflicto ucraniano.
Rusia empezó el 24 de febrero su operación militar en el territorio ucraniano con el fin de “desnazificar” y “desmilitarizar” el país eslavo, en reacción a la conducta agresiva de Ucrania en la región de Donbás (este) y la desatención de la Organización del Tratado del Atlántico Norte (OTAN) a las demandas de Moscú sobre la seguridad de Rusia.
Con todo, Moscú ha asegurado que las fuerzas rusas no realizan ataques contra las ciudades ucranianas, por lo que su operación militar no implica ninguna amenaza para la población civil del país eslavo.
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