“EEUU, recurriendo a ese tipo de artimañas y arrastrando a sus propios aliados en Europa bajo sus decisiones, está —en general— cortando la rama en la que se sientan”, ha aseverado este martes el vicecanciller ruso, Serguéi Riabkov, en una rueda de prensa en la Duma Estatal rusa (Cámara Baja del Parlamento).
Según el funcionario ruso, los departamentos de Rusia ya se han preparado para vivir bajo las condiciones del límite establecido en 60 dólares por barril por parte de Occidente, asegurando que los intereses de la Federación Rusa estarán garantizados en cualquier caso.
En su opinión, “habrá compradores” para el petróleo ruso después de la introducción de un precio máximo para el mismo, pero debido a esta medida occidental, la fragmentación del mercado mundial se hará realidad.
“En aras de los intentos de ‘presionar’ más a Rusia, de encontrar formas de complicarnos la vida, se están violando los fundamentos del funcionamiento de la economía mundial. Creo que ha llegado el momento en que su fragmentación en muchas áreas se convertirá en realidad”, advierte Riabkov.
Moscú ha tachado en reiteradas ocasiones la iniciativa occidental como una “medida antimercado” que “puede complicar considerablemente la situación en los mercados energéticos mundiales”, y advirtió que dejará de suministrar crudo este mismo año a Europa y a todos los países que apliquen la limitación de precio.
La Unión Europea, los miembros del Grupo de los Siete (G7) y Australia acordaron el viernes topar el precio del petróleo ruso, fijando el límite de 60 dólares por barril, para privarle de sus recursos en medio de la guerra de Ucrania. La iniciativa, que entró en vigor el lunes, establece que los países miembros prohibirán a sus empresas de seguros y transporte facilitar los envíos de crudo ruso a terceros países, si se venden por encima de lo establecido. Según fuentes diplomáticas, el tope se revisará cada dos meses.
Desde el inicio de la operación militar rusa en Ucrania, la Unión Europea y sus aliados occidentales han impuesto varias olas de medidas restrictivas contra el país euroasiático, incluida, “una prohibición” a las importaciones del crudo ruso.
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