En declaraciones a la agencia británica de noticias The Guardian, el asesor presidencial ucraniano, Mykhailo Podolyak, dijo el martes que hasta el momento la República Islámica no ha entregado misiles balísticos a Rusia, país que desde el 24 de febrero pasado ha lanzado una operación militar especial en el territorio ucraniano.
Podolyak realizó tales declaraciones mientras, durante los últimos meses, Irán ha estado bajo acusaciones sin fundamento de entregar aviones no tripulados (drones) a Rusia para su uso en el conflicto ucraniano; en reiteradas ocasiones, Teherán ha rechazado rotundamente tales alegatos subrayando la necesidad de poner fin a la crisis ucraniana mediante las negociaciones.
Podolyak también alegó que las presiones diplomáticas del Occidente, así como los recientes disturbios en Irán, se encuentran entre razones por las que la República Islámica no ha dado misiles balísticos a Moscú.
Sin embargo, el funcionario ucraniano volvió a repetir las afirmaciones infundadas contra Teherán, al decir que las fuerzas rusas se quedaron sin su primer lote de drones iraníes, y solo tienen suficientes misiles de crucero en su reserva para “dos o tres” ataques masivos más contra Ucrania.
Ya el pasado noviembre, el portavoz de la Cancillería iraní, Naser Kanani, recordó una vez más su posición neutral ante el conflicto en Ucrania y le expresó a esta última que las acusaciones vanas no ayudan a resolver crisis alguna.
Algunos aliados occidentales de Ucrania, con EEUU, Francia y Alemania a la cabeza, han intentado en las últimas semanas sentar a la República Islámica en el banquillo de los acusados para increparle, sin pruebas, del suministro de armas, incluidos drones, a Rusia para atacar a su vecino.
Teherán denuncia que esas acusaciones son parte de una guerra psicológica y una campaña de desinformación montadas por Occidente. Moscú, por su parte, ve detrás de todas esas retóricas nuevos intentos de los países occidentales por presionar a Irán.
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