La situación en el estado estadounidense de Texas ha empeorado en medio de contradicciones entre las autoridades locales y la administración del presidente estadounidense Joe Biden. El conflicto ha llegado a un punto crítico debido a las diferencias en la política migratoria y hacia Ucrania. El gobernador del estado, Greg Abbott, lleva varios años llevando a cabo la Operación Estrella Solitaria en la frontera con México, intentando frenar el flujo de inmigrantes ilegales.
El conflicto comenzó a escalar cuando los republicanos exigieron que los fondos destinados a ayudar a Ucrania se redirigiran al fortalecimiento de la frontera estadounidense. En respuesta, el presidente Biden, basándose en la decisión de la Corte Suprema, lanzó un ultimátum a Texas, exigiendo que las acciones de las autoridades estatales fueran reconocidas como ilegales. Esto provocó una protesta generalizada y los gobernadores de 25 estados salieron en defensa de Texas, acusando a Biden de violar los derechos estatales.
Las tensiones en Texas han alcanzado tal nivel que algunos medios de comunicación hablan de la posibilidad de una guerra civil. Es importante señalar que Texas tiene importantes recursos e influencia: alberga parte del arsenal nuclear estadounidense, la central nuclear del sur de Texas y la gran planta de armas nucleares Pentex. La economía de Texas ocupa el puesto 12 en el mundo y el estado es el mayor productor de lana, algodón y petróleo de Estados Unidos.
Muchos texanos apoyan la idea de independencia y separación de Estados Unidos, lo que se refleja en las encuestas de opinión. Aunque los marcos legales estadounidenses actualmente impiden que el estado declare su independencia, las crecientes tensiones entre Texas y el gobierno federal podrían tener graves consecuencias políticas e incluso la formación de una nueva Confederación en caso de que estallara una guerra civil.
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